Podríamos estar dentro de una relación tóxica y ser incapaces de reconocerlo. Aquí te ayudamos con algunas claves que dan señales del nivel de toxicidad de una relación de pareja.
Compartir nuestras vidas en armonía es una de las razones por las que decidimos vivir en pareja. Pero aunque no estar solo es muy satisfactorio, no todo es “color rosa” durante la convivencia con otro. Existen situaciones retadoras, muy comunes, en las que debemos generar negociaciones y acuerdos para mantener esa armonía.
Sin embargo, cuando esos retos se tornan norma y producen peleas continuas o se coarta la libertad en uno de los miembros, podríamos estar dentro de una relación tóxica y ser incapaces de reconocerlo.
No identificar esos rasgos insanos es normal en presencia del sentimiento. Las emociones nublan la capacidad de análisis en ciertas circunstancias. Ahora, si notas que de manera cotidiana te sientes incómodo y que un alto porcentaje del tiempo las cosas no marchan como piensas que deberían, es el momento para detenerte a reflexionar acerca de tu relación.
Aquí te ayudamos con algunas claves que dan señales del nivel de toxicidad de una relación de pareja.
Conflictividad e irrespeto
Las discusiones estériles en las que una de las partes pierde poder de negociación son muy comunes en este tipo de relaciones. Insultar, gritar o insultar no son la mejor manera de resolver los conflictos. Ahora, cuando dichos conflictos son producidos por la actitud de alguno de los dos, solemos estar en presencia de:
- Desvalorización continua de méritos, logros y virtudes del otro.
- Uso de la culpa para excusar las propias equivocaciones o problemas.
- Crítica al estilo de vestir y constante intentos para cambiarlo.
- Los problemas de la pareja no tienen importancia.
- Ante situaciones conflictivas siempre hay alguien que cede para evitar mayor confrontación.
- Habla de manera golpeada.
- Las decisiones no son consultadas o analizadas en pareja.
- Uno de los miembros decide no compartir cierta información por la clara falta de empatía.
Celopata y controlador
La pérdida de individualidad es otra de las características de una relación tóxica. Generar sumisión mediante la manipulación suele ser el mecanismo aplicado por la persona cuyo comportamiento tiende a poseer al otro. En este caso podemos observar:
- Invasión a la privacidad. Revisar redes sociales, mobile, laptop, email, etc.
- Confirma de manera constante tus horarios y planifica actividades sin tu consentimiento.
- No permite el familiar o con amigos de la pareja
- Control del manejo de dinero. “Audita” los gastos, los ingresos y exige facturas.
- Le quita valor a la pareja, menosprecia al otro como ente individual.
- Disfraza de protección el exceso de control en todos los aspectos.
Sexualidad tóxica
- La persona tóxica abarca todos los ámbitos y la vida sexual no está exenta.
- Uso del chantaje emocional para obtener lo que desea en el campo sexual sin importar lo que la pareja desee.
- Comparación constante con otras personas.
- Empieza a haber sexo con la pareja para complacerlo a él/ella y no como un acto de placer para ambos.
Estos comportamientos que hemos descrito son característicos de acciones tóxicas que se pueden generar en las relaciones de pareja. Pero debemos tener cuidado y desarrollar la capacidad de girar el lente de la cámara hacia nosotros mismos, porque a veces no es tu pareja quien actúa de esta manera.
Equivocarse es de humanos, solo tenemos que tener mucho cuidado y evitar colocarnos el sombrero de juez sin el autoanálisis previo. No olvides que la idea es reconducir las circunstancias conflictivas; la comunicación honesta y respetuosa siempre será la mejor manera de resolver las cosas.
Te invitamos a que afrontes cada momento conflictivo con una mente relajada y que descubras tus fortalezas y puntos a mejorar, trabajen juntos en la relación e incluso aceptar cuando no vale la pena seguir en pareja.
Queremos ayudarte a superar tus problema de pareja. Si nos aportas más información sobre tu situación podremos
entender mejor lo que pasa en tu relación: