Hoy en día es más frecuente la conformación de familias ensambladas debido a que las parejas toman la decisión de separarse o divorciarse aunque existan hijos en común
Hoy en día es más frecuente la conformación de familias ensambladas debido a que las parejas toman la decisión de separarse o divorciarse aunque existan hijos en común. Es normal que los padres en situación de soltería inicien nuevas relaciones con personas que a su vez tienen hijos de relaciones pasadas.
De esta manera las familias se reconstruyen tratando de conformar un hogar con hijos de distintos progenitores, presentándose en algunos casos dificultades para coexistir de una manera agradable, plácida y armoniosa. Este escenario es incómodo, pero la pareja debe identificar el origen del problema para garantizar una óptima convivencia.
A qué nos referimos con problemas de pareja por hijos no comunes
Por lo general las rupturas y crisis dentro una pareja son ocasionados por problemas relacionados con los hijos no comunes. En ocasiones es posible que la relación con los hijos de la pareja se lleve a cabo de manera agradable, aunque con frecuencia puede ser un proceso complejo y lento por las emociones que acarrea para el niño preparase y acostumbrarse a las nuevas condiciones, pudiendo perturbar la relación de la pareja.
Es posible que lograr el acuerdo en el entorno familiar que se está formando necesite de una gran voluntad y esfuerzo. En cualquier caso, para conseguir un entorno agradable tanto la pareja como los hijos no comunes deben basar su relación en la paciencia, el respeto y la sinceridad, sin olvidar tener una actitud empática.
¿Por qué se presentan los problemas en la pareja por hijos no comunes?
En comparación con décadas pasadas, el divorcio se presenta en la sociedad actual como un hecho normal y corriente. Debido a que la presión social por conservar el matrimonio ha disminuido considerablemente, cada día existen más parejas que prefieren separarse cuando su relación no es agradable ni conveniente. En consecuencia, se observa un incremento en el número de familias formadas por parejas con hijos de relaciones pasadas.
Adaptarse a un entorno familiar nuevo puede ser incierto y difícil para la pareja y los hijos no comunes, que de no ser llevado de manera adecuada puede ocasionar malestar e incomodidad entre los miembros de la familia, así como también entre las parejas pasadas. En la actualidad, la gran variedad de disposiciones familiares que existen hace que los rasgos y características de cada una de ellas puedan ser diferentes, trayendo como consecuencia dificultades para definir los acuerdos básicos para una convivencia sana.
Una razón habitual de discusión con la pareja en relación a los hijos no comunes son las discrepancias relacionadas con el modo parental. Ocurre con frecuencia que uno de los integrantes de la pareja opte por una educación autoritaria y el otro por una más flexible, ocasionando en algunos casos roce entre los dos. De igual manera, pueden existir contradicciones educativas entre los dos progenitores biológicos que pueden inquietar al hijo en común.
Este tipo de complicaciones son más usuales cuando los dos integrantes de la pareja tienen hijos de relaciones pasadas. En este tipo de escenarios se suelen generar problemas debido al conflicto en la forma de educar y la tensión que se produce en consecuencia.
¿Cuáles son las dificultades que presentan las parejas con hijos no comunes?
En las familias ensambladas suelen presentarse las siguientes dificultades:
- Relaciones prioritarias entre el padre y el hijo biológico; por lo cual, en ocasiones la relación con su pareja puede verse postergada a un segundo plano.
- Incertidumbre y desconocimiento. Esta situación puede ocurrir porque ni los hijos ni la pareja conocen la mejor manera de comportarse entre los miembros de la familia ni qué esperar de ellos.
- Rechazo por parte de los niños por considerar que el nuevo integrante de la familia usurpa el lugar de su padre o madre.
- Desobediencia. Puede que algunos hijos no hagan caso a lo que les digan y que el nuevo miembro de la familia carezca de autoridad para ellos.
- Presencia de mitos sociales donde se ve al padrastro o la madrastra como una persona malvada, aunque trate por todos los medios posibles de agradar y ganarse a sus hijastros.
- Dificultades económicas que pueden darse por la manutención de los hijos y las exparejas.
Queremos ayudarte a superar tus problema de pareja. Si nos aportas más información sobre tu situación podremos
entender mejor lo que pasa en tu relación: