Duelo: cómo superar el duelo en tiempos del COVID-19

Qué es el duelo

El duelo es un proceso psicológico que todas las personas experimentan tras una pérdida (por ej. la muerte de un ser querido). Es un mecanismo de adaptación cognitiva y emocional frente a situaciones adversas y su finalidad es que nuestro cuerpo y nuestra mente se ajusten a las particularidades que emergen de la nueva realidad que hemos de afrontar tras la pérdida.

Tipos de duelo

Hay personas que necesitan ayuda psicológica tras una pérdida por no poder gestionar por sí mismas este proceso: es cuando nos referimos al duelo patológico o complicado. En este sentido, podemos hablar de 4 tipos:

Duelo crónico: dura más de un año y la persona es incapaz de amoldarse a la nueva situación (sigue sintiendo malestar y ansiedad al recordar la pérdida).
Duelo pospuesto: la persona experimenta ciertas emociones tras la pérdida, pero de forma parcial y al cabo del tiempo explota de nuevo afectivamente.
Duelo exagerado: la persona se siente desbordada y trata de evitar recordar la pérdida con conductas problemáticas (abuso de drogas, trabajo excesivo, etc.)
Duelo enmascarado: la persona presenta problemas físicos o conductas perjudiciales que atribuye a otras causas, sin darse cuenta de que realmente son por no haber superado la pérdida.

Fases del duelo

Las personas que tienen más resiliencia o fortaleza para superar adversidades tienen las siguientes características:

Fase de negación: en esta primera etapa, negar la realidad de la pérdida es una forma que tenemos de aplazar y amortiguar el dolor, aunque no puede sostenerse mucho tiempo.
Fase de ira: en la segunda etapa aparecería la frustración, la ira y la rabia como consecuencia de sentir impotencia por no poder revertir la pérdida.
Fase de negociación: en esta etapa puede surgir la ficción de creer que la pérdida es negociable, fantaseando con la idea de revertir el hecho con ayuda divina o sobrenatural.
Fase de la depresión: esta fase nos devuelve a la dura realidad y sentimos un profundo vacío por la persona perdida. Aparece la tristeza y la sensación de irreversibilidad de la muerte, lo que puede hacer que nos sintamos deprimidos y desesperanzados.
Fase de aceptación: en esta fase final aceptamos la pérdida del ser querido y asumimos que hay que adaptarse a una nueva situación. Toca reorganizar nuestros esquemas mentales y volver, poco a poco, a la normalidad.

La crisis del COVID-19 ha alterado la costumbre de velar al ser querido en la cercanía y junto con el resto de familiares. Debido a la crisis sanitaria, muchas personas no han podido despedirse de su persona querida o lo han tenido que hacer desde la distancia, un hecho que dificulta realizar un duelo en condiciones normales y puede provocar desórdenes psicológicos importantes.

Si has padecido recientemente la pérdida de un ser querido y sientes que no terminas de superar el duelo de forma natural y espontánea, es posible que hayas entrado en una fase de duelo patológico. En estos casos, es recomendable hablar con un psicólogo. La terapia online es una herramienta eficaz y facilita el tránsito a la nueva realidad, dotando a la persona de herramientas psicológicas para aceptar la pérdida y salir adelante.

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Los niños también sufren la pérdida de un ser querido y pasan por un proceso de duelo psicológico. A partir de los siete u ocho años ya pueden comprender, de forma limitada, el concepto de muerte y la ausencia puede provocarles sentimientos de tristeza y desazón. En ocasiones, si el duelo se vuelve patológico, pueden aparecer conductas disruptivas o un retroceso en la ejecución de las que previamente ya dominaban.

La ayuda de un psicólogo cualificado es una herramienta altamente eficaz para cohesionar a la familia y para dotar a los padres de herramientas que sirvan para gestionar mejor la relación con sus hijos y abordar desde una perspectiva constructiva el proceso de duelo tras la pérdida del ser querido o el familiar. El psicólogo les va a brindar pautas para que los padres se comuniquen con asertividad con sus hijos y pueda mejorar el día a día.

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En las personas adultas, el duelo puede tomar un cariz distinto en función de la naturaleza de la pérdida. Aunque la muerte de un padre, una madre o un familiar provoca un gran impacto psicológico, el duelo por la pérdida de un hijo es la que puede provocar secuelas persistentes durante años si no se gestiona correctamente, y en algunos casos suele ser necesario el apoyo psicológico a largo plazo.

Aunque los adultos poseemos herramientas psicológicas propias de la madurez que nos ha dado la experiencia y la práctica cotidiana para afrontar las pérdidas, también es cierto que no todos estamos preparados para gestionar un duelo y, en ocasiones, éste se transforma en un duelo complicado o patológico. En estos casos, es recomendable solicitar ayuda psicológica lo antes posible, con el objetivo de gestionar la pérdida y evitar secuelas de por vida.

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Ante la pérdida de un ser querido cada persona puede reaccionar de diferente manera, aunque todos compartamos una serie de fases por las que necesariamente transitamos en el proceso de duelo. Con todo, éste también va a depender de la forma en que terceras personas gestionan este momento, facilitando el proceso o, por el contrario, siendo un obstáculo y trayendo consigo más tristeza y desesperanza.

Gestionar el proceso del duelo por uno mismo no es sencillo, y más en los casos en los que hay personas de nuestro entorno que viven el proceso desde una perspectiva conflictiva o negativa. Cuando no somos capaces de afrontar individualmente el duelo es recomendable apoyarse en un profesional que puede facilitarnos el tránsito a la normalidad y apaciguar antes el dolor que sentimos por la pérdida.

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