En los últimos años ha venido creciendo la presión socio cultural divulgada hacia la población mediante los medios de comunicación y las redes sociales. Siendo a través de esta divulgación donde los individuos, y en especial las mujeres, se ven expue
En los últimos años ha venido creciendo la presión socio cultural divulgada hacia la población mediante los medios de comunicación y las redes sociales. Siendo a través de esta divulgación donde los individuos, y en especial las mujeres, se ven expuestas cada día a tener una vida perfecta.
Claramente, este escenario se evidencia con la incorporación de la mujer al mercado laboral sin haberse repartido equilibradamente las responsabilidades familiares, provocando que aparezcan problemas de salud físicos y mentales como consecuencias de las condiciones de su entorno personal y laboral.
Adicionalmente, existen mujeres que tienen la necesidad de demostrar que poseen más habilidades que sus compañeros hombres para obtener un determinado trabajo, ya que se asume que el hombre se encuentra más capacitado.
Y es así como debido a la expectativa social que se tienen sobre las responsabilidades de la mujer, aparece la autoexigencia de cumplir con sus obligaciones como amas de casa y madres, sin afectar su rendimiento laboral. En este momento es cuando aparece la carga mental que produce ansiedad y estrés, es decir, la mujer no solo debe encargarse del hogar y del cuidado de los hijos, sino que también debe tener éxito en su trabajo y tiempo para atender su imagen. Entonces, la mujer comienza a padecer irritabilidad, se encuentra y vive cansada por las actividades y responsabilidades excesivas en las que no pide ayuda para no molestar.
Al aparecer la carga mental en las mujeres puede convertirse en un factor de riesgo para su salud física y mental, en un entorno que ofrece recursos pero muchas exigencias. Según la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) el 31,5% de los hombres sufre estrés frente al 48,7% de las mujeres, de ahí que sea necesario cuidar la salud mental.
Es necesario una distribución equilibrada de las tareas del hogar entre sus miembros para impedir que solo una persona, y en especial si es mujer, soporte la carga mental del hogar.
Que la carga mental sea invisible hace que pase de manera inadvertida, pero lo cierto es que para una persona es imposible atender simultáneamente su jornada laboral, el hogar, los niños, la recreación, el cuidado personal y la formación. De no lograr todo lo planificado y organizado entrará el sentimiento de culpa, esa sensación debe evitarse teniendo presente que la perfección no existe, que cada persona es diferente y que podemos cometer errores, por lo cual, en muchas ocasiones y dificultades es normal pedir ayuda.
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