Desde el momento en el que un bebe es concebido, se puede observar como este se adentra a un mundo lleno de diversidades sensoriales asombrosas, así pues, dicho proceso de inmersión al mundo continua desde su nacimiento, pues para este pequeño explorador de la vida, con la ayuda de los sentidos, cada risa y llanto son una experiencia nueva y única que van moldeando su conocimiento frente al nuevo mundo al que ha llegado.
Los sentidos más que una forma orgánica de adaptación del ser humano, son una manera de poder interactuar con el entorno que nos rodea y entre otras cosas cumplen la función de ser un mecanismo de supervivencia; a partir de la neuropsicología podemos observar cómo el cerebro se desarrolla y madura a través del crecimiento del bebe hasta la adultez.
A partir de este artículo podrás entender cómo los niños desarrollan y hacen uso de esos sentidos para poder desenvolverse en su diario vivir.
Del tacto podemos apreciar que aunque es el primer sentido que se desarrolla, también es uno de los más importantes para estar seguros, alrededor del tercer trimestre del embarazo el bebe puede sentir dolor aunque no tenga la capacidad de demostrarlo. Un ejemplo de ello es el reflejo de retirada en el ser humano, el cual viene siendo uno de los más importantes para el aprendizaje del niño, ya que le permite asimilar el peligro mediante el órgano más grande de nuestro cuerpo “la piel”, pues cuando esta entra en contacto con algún objeto que pueda causar daño, hace que el niño responda automáticamente, ya sea algo frío, caliente o puntiagudo que pudiese ser perjudicial y en consecuencia haciendo que se ponga a salvo por el mecanismo más primitivo de enseñanza causa y efecto.
El desarrollo del olfato y el gusto tiene su inicio en el útero, y aunque ambos hacen parte de una recopilación de información de aromas y sabores con el que el niño empezará a interesarse por ciertos alimentos, hay que aclarar que hay cosas que son innatas siendo algo genético sin necesidad de haberse aprendido, como por ejemplo, el hecho de que los niños prefieran los sabores dulces a los amargos o preferencia por olores agradables a aquellos que generan repudio o asco haciendo acto de presencia el efecto de deglución activándose al contacto con las papilas gustativas y olfato.
También puede servir para distinguir aromas que a futuro pueden servirle en el día a día, desde cosas tan pequeñas como lo mencionado antes respecto a los sabores hasta predecir el aroma de un incendio que puede salvar su vida.
La audición funciona incluso antes del nacimiento, en un largo trayecto donde el niño aprende sobre los sonidos y los reconoce usando su memoria, podemos ver como al parecer después de los 3 días de nacido puede reconocer sonidos que ya ha escuchado y discriminarlos siendo claro que en esta etapa del infante muestra mucho interés por aquello que considera novedoso y llega a profundizar en él causando ese sentir de asombro.
El desarrollo de este sentido es crucial al momento de querer aprender un lenguaje, los niños tienden a tener mayor facilidad que un adulto promedio al momento de querer aprender, ya sea un idioma, estudiar algún libro o datos interesantes, ya que aproximadamente hasta los 7 años son esponjas de conocimiento, absorben toda la información posible sin esforzarse mucho.
Siendo el último sentido en desarrollarse, quizá por lo poco que hay que ver dentro del útero, la visión de un infante debe madurar para que desarrollen habilidades mediante el uso de la vista y adquiriendo información por este medio también es importante aclarar que la visión de un recién nacido es muy reducida por lo que de las pocas cosas que pueden recopilar es la distancia entre él y su tutor a cargo con el que interactúa, así como también la percepción espacial brindándole al niño la ubicación entre su propio cuerpo y los objetos que existen en su entorno.
Podemos ver cómo el niño intenta imitar los movimientos de sus cuidadores mediante gestos, aprendiendo así y ejercitando sus músculos faciales.
Para poder estimular los sentidos y reflejos anteriormente mencionados, es muy importante estar realizando una constante estimulación de estos mismos, dependiendo de la edad que pueda tener tu hijo, te brindo alguna lluvia de ideas que te puede ser de guía:
Propicia un espacio en donde pueda impregnar sus pies de masas viscosas como arena con agua, tierra, pintura y pueda experimentar la sensación que le produce en su piel, en este ejercicio también estará activando el tacto y posiblemente el gusto, ya que empezará a identificar olores asociados con elementos que se puede comer y aquellos que no.
Que la hora de la alimentación sea una fiesta sensorial, permite que pueda comer puré con su mano, que pueda tocar las verduras o alimentos que le des, de esta manera estimularas su tacto, su gusto, olfato y visión a medida que vas conversando con él en dicho espacio sensorial irá entendiendo que se puede comer y que no así como desarrollando preferencia por ciertos sabores, olores y texturas.
Permite que tu hijo pueda pintar con las manos, untarse, hacer manualidades dependiendo de su edad.
Es así como te recomiendo que si quieres ver un buen crecimiento en el infante, es importante que le permitan descubrir el mundo por sí mismo, esto beneficiará su desarrollo y bienestar. A través de la experimentación, podemos ver en ellos la zona de desarrollo próximo mientras atraviesan este proceso siendo esa brecha entre lo que el niño le cuesta aprender, pero con la ayuda de alguien responsable puede alcanzar, sin embargo, no debemos dejar al menor sin supervisión o permitirle realizar actos peligrosos, recuerda que la base de toda relación es un equilibrio en el que puedan aprender de manera segura junto a su tutor a cargo.
En conclusión, los sentidos en el desarrollo psicológico de cada persona son una pieza clave para aprender y desenvolverse a medida que crecemos en este impredecible mundo. Toda la información que se obtiene de los sentidos se convierte en una experiencia nueva que el entorno le muestra a la criatura, ayudándole a adquirir habilidades que serán pequeños fragmentos en el camino a su autonomía. Por lo que, te recomiendo que lo estimules desde una edad temprana para que tenga la oportunidad de desarrollar todas sus capacidades, superando los desafíos y de esta forma poco a poco, llegar a su mejor versión.
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