Según la última encuesta realizada por la Organización para la Igualdad y los Derechos de la Salud (HERO), más del 50% de los hombres homosexuales y bisexuales, y cerca del 40% de las mujeres lesbianas han engañado a su pareja. Y además, casi la mitad de este grupo cree que su respectiva pareja no tenía ni idea de su infidelidad. De los que fueron infieles, el 17% dijo que había contraído alguna enfermedad de transmisión sexual (ETS) durante sus escarceos fuera de la pareja habitual; y es más, cerca del 40% de las personas que contrajeron alguna ETS no informó a su pareja.
Esta encuesta también ofrece algunas ideas interesantes sobre los hábitos sexuales y relacionales de la población masculina gay y bisexual, como por ejemplo que el 61% de los hombres romperían con su pareja si fueran infieles y que el 29% no estaría seguro de hacerlo. Esta indecisión era más notable cuando se trataba de cibersexo, algo que a priori no resultaba tan "reprochable" para la mayoría de los encuestados. El sexo anal, las felaciones o la masturbación también fueron considerada por la mayoría de las personas como prácticas de infidelidad si se producen fuera de la pareja habitual. Por otra parte, mientras que el 55% consideraba que usar una aplicación de internet para ligar o tener relaciones era un acto de infidelidad, solo el 43% consideraba que compartir imágenes sexuales lo era también, siendo por su parte el envío de "mensajes privados" considerado como infidelidad solo por el 34% de los encuestados.
Estos datos no son significativamente diferentes de los que pueden encontrarse en población heterosexual, lo que nos sugiere que los hombres y mujeres homosexuales tienen experiencias y criterios de valoración similares al resto de parejas normativas, y que se están produciendo los mismos errores con respecto a la comunicación, la confianza y los límites en las parejas que terminan siendo la causa de muchas de las infidelidades cometidas.
Que las tasas de infidelidad en la pareja se han disparado en las últimas décadas es un hecho. Y es que prácticamente el 30% reconoce ser infiel, y parece evidente que hoy las relaciones extramaritales y lo que todos conocemos como "cuernos" están más normalizados y son una práctica cotidiana en muchas relaciones de pareja. Pero, ¿qué ocurre en las relaciones LGTBI? ¿Las personas que pertenecen a este colectivo se comportan del mismo modo?
Según la última encuesta realizada por la Organización para la Igualdad y los Derechos de la Salud (HERO), más del 50% de los hombres homosexuales y bisexuales, y cerca del 40% de las mujeres lesbianas han engañado a su pareja. Y además, casi la mitad de este grupo cree que su respectiva pareja no tenía ni idea de su infidelidad. De los que fueron infieles, el 17% dijo que había contraido alguna enfermedad de transmisión sexual (ETS) durante sus escarceos fuera de la pareja habitual; y es más, cerca del 40% de las personas que contrajeron alguna ETS no informó a su pareja.
Esta encuesta también ofrece algunas ideas interesantes sobre los hábitos sexuales y relacionales de la población masculina gay y bisexual, como por ejemplo que el 61% de los hombres romperían con su pareja si fueran infieles y que el 29% no estaría seguro de hacerlo. Esta indecisión era más notable cuando se trataba de cibersexo, algo que a priori no resultaba tan "reprochable" para la mayoría de los encuestados. El sexo anal, las felaciones o la masturbación también fueron considerada por la mayoría de las personas como prácticas de infidelidad si se producen fuera de la pareja habitual.
Por otra parte, mientras que el 55% consideraba que usar una aplicación de internet para ligar o tener relaciones era un acto de infidelidad, solo el 43% consideraba que compartir imágenes sexuales lo era también, siendo por su parte el envío de "mensajes privados" considerado como infidelidad solo por el 34% de los encuestados.
Estos datos no son significatimente diferentes de los que pueden encontrarse en población heterosexual, lo que nos sugiere que los hombres y mujeres homosexuales tienen experiencias y criterios de valoración similares al resto de parejas normativas, y que se están produciendo los mismos errores con respecto a la comunicación, la confianza y los límites en las parejas que terminan siendo la causa de muchas de las infidelidades cometidas.
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