Durante mucho tiempo los padres vienen migrando de un país a otro buscando el progreso de la familia y de sacar a los hijos adelante, pero dejan latente un problema grande.
Los hijos se quedan con familiares, o con tutores provocando una gran crisis familiar, ya que los hijos no se sienten protegidos, y quedan desamparados o muchas veces a su suerte.
La migración de padres y tutores por periodos muy largos (2, 5 y más años) y las dificultades, problemas de éstas personas, producto de un estilo de vida desarraigado de vínculos familiares sólidos o estables, parece haber ocasionado trastornos de conducta, de personalidad y de adaptación significativas en los hijos, el mismo que se traduce en conflictos familiares graves, disfunción familiar, problemas de adaptabilidad y rendimiento global (familiar, social, académico y laboral) en las nuevas generaciones.
Donde se puede generar consumo de sustancias, embarazo no deseados, abandono de hogares de parte de los adolescentes, que se van perdiendo en sus emociones, sintiendo que no hay quien los apoye y quien los comprenda.
La mayoría busca refugio en sus grupos de pares o incluso en profesores, y en esta situaciones los grupos de pares no suelen ser los mejores consejeros, y terminan en consumo de sustancias, alcohol, y otro tipo de drogas.
Y ya cuando estas personas tienden a buscar hacer un hogar pueden construir un ambiente violento, debido a que se desarrollaron en un ambiente similar.
La migración muchas veces se ve como un buen futuro, como el poder salir adelante, de forma económica, pero se olvida de lo que realmente puede valer la vida de una persona, el acompañamiento de a los hijos.
Con la orientación adecuada, se puede realizar este tipo de viajes, sin descuidar a nadie, entendiendo que se puede hacer un acompañamiento cercano a los hijos y ayudarlos.
En Psonrie te podemos brindar técnicas y asesoramiento para que puedas hacerlo.
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