Vigorexia: características y síntomas

La obsesión por la imagen física y la adicción al deporte son rasgos que han aparecido en estos últimos años, todo esto como resultado de los valores promocionados por la sociedad. Esta situación actual puede traer como consecuencia algún efecto en la salud mental, dando paso a la vigorexia.

La vigorexia no es más que una obsesión moderna del ser humano de tener una corpulatura musculosa, también se le conoce como complejo de adonis o dismorfia muscular. Como se hizo mención, en la cultura actual, existe una  importancia excesiva en la imagen corporal, el ejercicio físico es un hábito saludable, sin duda alguna, sin embargo cuando nos obsesionamos con nuestro aspecto desaparece el aspecto beneficioso.

El ejercicio físico puede transformarse en una adicción peligrosa, en muchos casos se presenta por una percepción errada de cómo vemos nuestro cuerpo o como consecuencia de una baja autoestima. El ejemplo de esta adicción, por mencionar uno, es la adicción al running o runnorexia.

Por lo tanto, este es un trastorno que padecen las personas que se obsesionan con tener un cuerpo fuerte, con poca grasa y musculoso. En algunos casos, se puede notar a la persona, que a pesar de tener musculatura desarrollada, muestran una aspecto frágil y más bien delgada.

Se conoce también a la vigorexia como la anorexia invertida, pues estas personas no privan su alimentación, lo que ellos hacen es obsesionarse con comer gran cantidad de proteína, muchos complementan esto utilizando anabolizantes, los cuales pueden causar efectos secundarios, como caida del cabello, acné, cambios de humor, problemas cardiacos, aumento de las glándulas mamarias, entre otros.

Para la persona que sufre de vigorexia, no le es un sinónimo de salud el realizar ejercicio físico, por el contrario lo que buscan es una estética perfecta llegando a sacrificar hasta su propio bienestar.

Causas de la vigorexia

Según los profesionales, indican que las causas de la vigorexia son variadas. Aun así, el ambiente en donde se desarrolla la persona tiene vital importancia para el desarrollo de este trastorno. Las consecuencias de la imagen y la cultura, como las creencias y los valores, juegan un papel determinante en cómo la persona se ve a sí misma y de cómo se valora.

Gran parte de nuestra obsesión por un buen fisico viene de las expectativas de obtener un cuerpo perfecto, lo cual en muchas circunstancias es irreal. En esta sociedad moderna se premia a las personas que se muestran físicamente atractivos e impone cierto desprecio por aquellas personas que no lo son, lo cierto de esto es que muchas personas sufren por no tener una apariencia física atractiva.

Características y síntomas de la vigorexia

Este es un trastorno dismórfico corporal (TDC), donde la persona que lo padece vive constantemente obsesionada con su cuerpo y su apariencia física, piensa en esto por muchas horas al día. Así mismo, esta comparativa insistente de lo que debe ser la belleza genera una gran ansiedad, angustia y malestar.

Por esta razón, es de vital importancia tratar este problema con la ayuda de un especialista, este hecho puede reducir la calidad de vida de una persona.

Personas con vigorexia

- Mirarse al espejo a cada momento. 
- Ansiedad extrema o angustia por no realizar ejercicios. 
- Cuidan mucho tiempo su imagen corporal. Lo que causa interferencia en el desempeño en su trabajo o en su vida social. 
- Realizan dietas extremas. 
- Utilizan suplementos o anabolizantes  perjudiciales para su salud. 
- Tratan de evitar que otras personas vean su cuerpo por la falta de autoestima que tienen. 

Padecer de vigorexia puede ocasionar daño de importancia en la salud en la persona que padece este trastorno. Puede causar un daño físico como consecuencia del ejercicio excesivo o una dieta poco saludable pobre en nutrientes. Ocasiona problemas físicos si se utiliza esteroides e incluso problemas psicológicos como, ansiedad severa. La vigorexia debe ser tratada por un especialista conocedor de este tipo de problema.

Hay tratamientos dentro de la psicoterapia que se han comprobado son eficaces, la terapia de aceptación, la terapia cognitiva fundamentada en el mindfulness. La que posee una mayor popularidad es la terapia de aceptación o la terapia cognitiva conductual, esta ofrece una mejor garantía.

La terapia cognitiva conductual aplicable a la vigorexia plantea que el paciente tenga la conciencia que su comportamiento y creencias le están deteriorando. Los especialistas optan por la utilización de distintas técnicas como la reestructuración cognitiva o el entrenamiento de habilidades sociales.