Actividad física y bienestar emocional

Existe una rama de la psicología, llamada la psicología del deporte que está encargada en comprender el comportamiento de las personas en torno a la actividad física y evaluar los beneficios que se obtienen del ejercicio tanto a nivel físico como emocional. Así pues, se ha demostrado que por medio de la actividad física las personas logran desarrollar percepción de bienestar emocional al establecer y cumplir las metas que se proponen para su rutina diaria de actividad física, así como también favorecer procesos cognitivos y emocionales que te explicaré a continuación. 

La actividad física va mucho más allá de la vanidad y el crecimiento muscular, pues esta misma tiene un impacto significativo en la salud mental, ya que puede brindarte una sensación de control sobre tu propio cuerpo. Adicionalmente, puede ayudarte en momentos de tensión emocional por medio de experimentar liberación, distensión o relajación a través de los ejercicios que realizas en tu rutina. Todo lo anterior te ayudará significativamente a conocerte a ti mismo, en la medida encontrarás un aliado en la actividad física para poder sobrellevar las preocupaciones cotidianas y obtendrás resultados favorables en tu cuerpo que posiblemente te permitan aumentar tu autoestima y seguridad propia. 

La actividad física no es un hábito sencillo de desarrollar, pero por medio de pequeños esfuerzos cotidianos nos podremos ir acercando poco a poco hacia este hábito, hasta el punto que se convierta en un disfrute personal y no en una actividad que debemos hacer por obligación. 

Impacto de la actividad física en la salud mental 

Control de estrés y ansiedad: la actividad física contribuye a disminuir los niveles de cortisol o de la famosa llamada “hormona del estrés”.

Autorregulación: poder disminuir el estrés y la ansiedad permitirá tener un adecuado manejo de emociones y pensamientos, por medio de poder evaluar desde un ámbito más racional y menos emocional las situaciones que podemos estar vivenciando en la cotidianidad. Adicionalmente la actividad física ayuda a liberar endorfinas que son sustancias químicas que permiten tener una sensación de placer y bienestar.

Calidad del sueño: el ejercicio también puede ayudarte a dormir plácidamente, pues tu cuerpo se sentirá agotado y necesitará de un sueño profundo para poder recuperar los músculos que ejercitaste durante tu rutina física, pues se liberará endorfina en mayor cantidad, y esta misma actúa como un analgésico natural y produce una sensación de relajación en el cuerpo lo cual te ayudará a tener un sueño profundo y placentero. Es recomendable dormir entre 7 y 8 horas, ya que el no cumplir dicha cantidad puede afectar a largo plazo la regeneración de tejidos en cualquier parte de tu cuerpo.

Mejora la atención: existe una interdependencia entre la parte física y la mental, si has procurado ejercitar y mantener saludable tu parte física de igual manera tu mente estará centrada y ocupada en los temas relevantes de tu rutina, pues se ha demostrado que la capacidad de concentración que se desarrolla al ejercitarte impacta de manera significativa la memoria, favoreciendo tu capacidad de creatividad. 

Constancia, disciplina y motivación: Establecer metas es una excelente manera de progresar en cualquier ámbito de la vida. Es importante que tengas en cuenta que todo es un proceso que toma tiempo y que los resultados no se verán de la noche a la mañana. Sin embargo, el ser constante y mantenerte enfocado en tus objetivos será de mucha utilidad y verás mejoras conforme pase el tiempo, estos cambios pueden ser muy significativos para ti, ya que pueden ayudarte a mantenerte motivado a largo plazo. Visualizar lo que deseas lograr en el futuro es una técnica poderosa para mantener la motivación y el enfoque. Al tener una imagen clara de lo que quieres lograr, puedes trabajar hacia ese objetivo con más determinación y propósito.

Recuerda establecer metas realistas y alcanzables esto es muy importante para mantener la motivación y el enfoque, ya que de otra forma te puedes abrumar o desmotivar, es mejor enfocarse en pequeños cambios que aspirar a lo más alto, recuerda que todo hace parte de un proceso, incluso puedes buscar apoyo de amigos o familiares para mantener la motivación. 

¿Cómo puedo empezar a realizar actividad física?

Puedes iniciar implementando caminatas de 20 minutos diarios, uso de bicicleta, optar por elegir las escaleras antes que el ascensor son unas de las múltiples posibilidades que existen. Lo recomendado es realizar 30 minutos, con una frecuencia de 5 veces por semana, ya que según la (OMS) un adulto promedio requiere de al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de actividad aeróbica intensa y adicional a ello, puedes agregar algunos ejercicios leves para activar y estimular los músculos de las diferentes zonas del cuerpo tan solo 2 veces a la semana. 

No necesitas ser un atleta profesional, para sumergirte en el mundo de la actividad física, empieza por encontrar algo que disfrutes y hazlo despacio y con calma, conforme avances puedes ir subiendo la dificultad sin olvidar “la constancia”, incluso puedes separar el tiempo para no abrumarte, pero recuerda implementarlo en tu diario vivir y lograras ver como poco a poco el ejercicio se ha convertido en una parte fundamental de tu rutina cotidiana.