La escucha activa

La escucha activa es una estrategia de comunicación que permite atender de manera consciente a lo que el emisor transmite. Requiere atención consciente al mensaje y a los estímulos emitidos por el emisor, ya sean a nivel verbal, paraverbal y no verbal. Implica querer prestar atención al otro, comprender y captar el verdadero mensaje. 

En un artículo de Calderón y Silva (2018) se resalta la diferencia entre oír y escuchar, dado que se suelen confundir estos dos conceptos. Por una parte, oír es percibir un estímulo auditivo por medio del sentido del oído, es de orden fisiológico. Por ejemplo, cuando una persona camina por la calle, puede oír diferentes estímulos, como el sonido de los carros, obras en la vía, alguien hablando, un tren pasando, etc., sin embargo, no está prestando atención activamente a estos. Por otro lado, escuchar es la capacidad de captar, atender e interpretar las señales o estímulos de manera activa, es comprender y dar sentido a lo que se ha oído. 

Así pues, existen algunas características externas e internas que pueden interferir en el proceso. 

A nivel externo: El contexto, el ruido de fondo, la temperatura, la comodidad del sitio en el que se encuentra la persona, interrupciones, etc.

A nivel interno: Los sentimientos y percepciones del receptor, puede que no esté totalmente conectado, que sienta apatía. También, creencias o juicios que se pueden hacer sobre el mensaje del emisor, los fallos en la atención por prestar atención en otros estímulos, etc.

Algunas estrategias para poder escuchar activamente son:

• Encontrarse en un contexto tranquilo, sin distracciones a nivel físico. 
• Adoptar una postura de querer escuchar al otro, estar en el momento presente para darle paso a la atención y a la aceptación.
• Dejar de lado los juicios y creencias que puedan surgir por la interacción.
• Trasmitir empatía.
• Emplear técnicas como:
  • El parafraseo, implica decir en otras palabras lo que se ha captado del mensaje para saber si se recibió de manera correcta.
  • Realizar resúmenes de lo que se ha hablado para saber si se ha captado la información de manera correcta.
  • Utilizar la validación, para que el emisor se sienta comprendido y reconocido.
  • Procurar preguntas abiertas que inviten al otro a hablar y contar más sobre su experiencia.
  • Evitar interrumpir.
  • Emplear el silencio cuando sea necesario.
  • Redirigir la conversación si se percibe que está tomando otra dirección.
  • Mantener el contacto visual y mostrar una postura corporal receptiva.
  • Prestar atención no solo al lenguaje verbal, también lenguaje no verbal y paraverbal.
  • Realizar una autoevaluación y reconocer como suelen ser las conversaciones con las personas de nuestro alrededor, para tomar en cuenta los puntos en los que se debe mejorar o trabajar.

Para sintetizar, la escucha activa es una habilidad importante, en efecto, nos permite ser más empáticos, más asertivos, conectar de mejor manera con el otro, crear un ambiente de confianza y adoptar una postura abierta y activa dependiendo de las necesidades del emisor, es una habilidad esencial para fortalecer las relaciones interpersonales. Del mismo modo, se puede utilizar en diferentes contextos como el laboral, familiar, social, afectivo.