Adultos con mal manejo emocional durante la infancia

Toda nuestra base emocional está centrada en nuestra infancia, es por eso que todo lo que seamos en la adultez será un reflejo o producto de lo que fue nuestra infancia. 

Existen algunos rasgos o comportamientos que pueden determinar que un adulto pudo haber tenido un mal manejo o desarrollo emocional durante su infancia. A continuación, nombramos algunos ejemplos. 

Problemas para confiar. Esto suele ocurrir como mecanismo de defensa cuando en la niñez la persona fue continuamente manipulada o estaba rodeada de mentiras continuamente. Esto creó una barrera de desconfianza desde pequeña hasta su adultez, lo cual evita que la persona pueda mostrar una verdadera confianza hacia las personas en su entorno y tiene la creencia de que todos van a hacerle mal o engañarla. 

Enojarse fácilmente. Cuando una persona le es difícil controlar su enojo o suele ser una emoción muy constante, es posible que sea porque esté manifestando necesidades insatisfechas que hubo en su infancia o frustraciones o injusticias que puedan estar siendo proyectadas en una situación específica o que por algún mínimo detonante esto le lleve a ese pasado o a esa insatisfacción. 

Gritar, tirar cosas o comportamientos impulsivos. Es muy probable que tuvo una infancia donde no hubo alguien que le enseñara un correcto control emocional ante sus emociones negativas y que por esto manifiesta con acciones agresivas su enojo. También pudo haberlo copiado o aprendido como patrón de comportamiento.

Dependencia emocional, o inestabilidad en la pareja. Estas características reflejan carencias emocionales y afectivas insatisfechas en la infancia. Como, por ejemplo; una persona que tenga una constante necesidad de afirmación o de seguridad puede considerarse una persona con rasgos de dependencia emocional o sumisión, puede ser una persona con un con un niño interior que está buscando la tranquilidad o la necesidad de protección de forma incorrecta. Asimismo, un adulto que tuvo mal manejo emocional en la infancia puede desarrollar un patrón de malas relaciones de pareja. 

Con la ayuda de un profesional de la salud mental un adulto puede mejorar y regular estos aspectos por reeducación y modificación.