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El estrés es la respuesta física o mental debido a una causa externa o interna. Es decir, es una experiencia emocional molesta que está acompañada de cambios bioquímicos, fisiológicos y conductuales predecibles. Sin embargo, existen muchos mitos alrededor de esta palabra, tales como que podemos vivir una vida sin estrés, que el estrés es malo, si no hay síntomas de estrés no lo tienes, entre otros. Pero ¿Es cierto todo esto? En este artículo te invitaré a descubrirlo.
Podemos vivir sin estrés (FALSO): Situaciones como presentar un examen, mudarse o viajar pueden generar cierto grado de estrés y es porque cuando sentimos que una situación es desafiante, nuestro cuerpo emite una respuesta de defensa para alertarnos y prepararnos para dicho desafío. Prácticamente, vivir sin estrés implica estar muerto.
Los niños no sufren estrés (FALSO): Todos los seres vivos nos estresamos cuando estamos ante una situación que es desafiante o amenazante. Los bebés, niños(as) y adolescentes no están exentos de esto. Cuando un bebé tiene hambre y no es alimentado a tiempo, este puede vivir dicha situación como amenazante y sentir estrés. Igualmente, pasa con los niños y adolescentes, por ejemplo: cuando están sometidos a exámenes y sienten que no rindieron bien, o cuando participan en actividades deportivas de alta competición. Recordemos que el estrés es una respuesta de nuestro organismo ante una situación externa o interna.
El estrés es malo (FALSO): Si caminas por la calle y te encuentras a un perro furioso que está dispuesto a morderte, tu cerebro emanaría una cascada información neurohormonal para preparar a tu cuerpo para defenderse o huir del animal. Así, funciona el estrés. Es decir, el estrés no es malo porque ante una situación de amenaza nos prepara para huir o enfrentar dicha situación. Pero, lo que sí es malo es cuando esta se vuelve crónica. Ya que, cuando ocurre esto, nuestro cerebro interpreta indiscriminadamente cualquier evento como un evento amenazante y esto a largo plazo genera ansiedad, depresión, alteraciones y enfermedades médicas. En pocas palabras, el estrés crónico es malo para nuestro organismo.
Si no hay síntomas, no hay estrés (FALSO): Muchas veces existen síntomas de los cuales no nos damos cuenta de que son signos de alarma de estar padeciendo de estrés crónico como el sentirnos agotados gran parte del tiempo, dificultades de atención, problemas para dormir, entre otros.
El estrés viene de afuera (FALSO): Se cree popularmente que el estrés es causado solamente por eventos que ocurren en nuestro alrededor, pero no es así. Nuestro pensamientos y emociones pueden activar a nuestro cerebro y hacernos sentir amenazados cuando realmente no está ocurriendo nada a nuestro alrededor. Estos elementos pueden generar círculos viciosos que dificultan la superación de la situación original.
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