¿Realmente la salud puede verse afectada por los enfados? Comúnmente, a lo largo de nuestras vidas hemos conocido a alguna persona adicta a la ira, aquellos que vez de buscar soluciones ven siempre problemas o los que en vez de prestar atención a las razones se dejan llevar por las sinrazones que acompañan a la adrenalina.
La información que se maneja referente a la posible relación entre los enfados, la ira, y el malestar fisiológico indican que existen evidencias, puesto que todo estado emocional de gran aceleración o activación produce un impacto. Para comprender fácilmente este escenario, podemos compararlo con la metáfora de una ola golpeando una piedra en la playa.
En primera instancia el golpe preciso de la ola no producirá ningún cambio en la estructura de la piedra. Similarmente, sucede en el ser humano cuando bajo una circunstancia no llegará a sentir nada si, en una situación se deja llevar por el enfado ocasional en el que puede sentir rabia y levantar la voz más. Pero por el contrario, este comportamiento no sucede en aquellas personas que necesitan muy poco para estar enfadados.
Por lo general son personalidades irritables, cuyo perfil es capaz de iniciar fácilmente una discusión trayendo como consecuencia un estado de gran aceleración como si en su interior tuviese un mar tormentoso en el que las olas sacuden una y otra vez a las piedras perturbando la tranquilidad del entorno y afectando inevitablemente su salud.
Es importante tener presente en primer lugar que el enfadarse no es malo. Que de igual manera la rabia, la ira y el malestar que se puede sentir en estas circunstancias tampoco son emociones que deben reprimirse o evitarse.
El éxito se logrará sabiendo cómo controlar la situación irregular que se está viviendo y encaminado a la emoción hacia un comportamiento adecuado, ya que el enfado tiene como objetivo enfrentar las injusticias, resolver lo que molesta, y recuperar la autorregulación del organismo para evitar dañar la salud y las emociones, como se indica a continuación:
Según el director del Instituto para el Estudio y Tratamiento de la Ira y la Agresión en Universidad de Hofstra en Nueva York, el doctor Howard Kassinove a través de su trabajo más destacado sobre Trastornos de la ira: definición, diagnóstico y tratamiento, ha señalado que con frecuencia el patrón de personalidad en el que se evidencia una invalidez para controlar aspectos tan comunes como la incertidumbre o situaciones donde los resultados no son los esperados, ocasionan frustración, desequilibrio y aceleración.
De esta manera, el psicólogo clínico Kassinove indica es que el problema se origina cuando la persona hace de la ira su estilo de vida, ocasionando que estos enfados frecuentes afecten la salud a través de la presión arterial de la siguiente manera:
En el área donde los enfados tienen mayor impacto es en el aspecto psicológico, donde pueden traer las siguientes consecuencias:
En virtud que se ha demostrado que los enfados afectan la salud y el equilibrio psicológico del ser humano, la Universidad de Aberdeen en Escocia procedió a dar diferentes estrategias a un grupo de personas orientadas en las siguientes áreas:
Mediante la implementación de estas estrategias no solo se puede lograr mejorar la salud cardiaca sino que se optimizó la salud mental al poder manejar adecuadamente los enfados y las emociones sobre todo para aquellos casos de adultos de edad avanzada.
En conclusión podemos indicar que saber enfadarse de forma inteligente puede mejorar la calidad de nuestra vida.
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