Cómo detectar el trastorno por atracón

Hablar de trastornos alimenticios es traer al frente las palabras bulimia, anorexia y obesidad. Sin embargo, los trastornos alimenticios no se limitan a estos tres tipos, por ejemplo, podemos hablar del trastorno por atracón que es una conducta muy frecuente que aparece en adultos especialmente en mujeres adultas.   

El trastorno por atracón es una enfermedad psicopatológica donde la persona siente una necesidad exagerada de darse atracones de comida que afectan su salud mental y física a mediano y largo plazo. En este caso se puede comer aun cuando no se tiene hambre pues existe un desajuste psicológico y no hay una acción de provocar el vómito o hacer ejercicios compulsivamente para compensar la ingesta exagerada de comida. 

El trastorno por atracón está directamente relacionado con la obesidad y la depresión severa. Este trastorno puede ser diagnosticado por un especialista de la salud mental, es un trastorno que puede ser controlado y superado con terapia en pocos meses  y sus síntomas por lo general no ocurren todos en cada ocasión y a la misma vez. Entre las características de este tipo de trastorno podemos mencionar: 

La persona sin tener hambre consume cantidades exageradas de comida: Es decir, comen muy rápido y en grandes cantidades, sin tener hambre, cualquier razón o excusa es suficiente para volcar su atención en comer, si se sienten tristes, por un recuerdo, por una vergüenza, por estrés. 

La persona consume los alimentos rápido y en grandes cantidades generando malestar estomacal pues el estómago sobrepasa su capacidad máxima, nunca se sabe que cantidad de comida es la suficiente por ello la persona consume atracones de comida. 

La persona con trastornos por atracón hacen una planificación de disponibilidad de una gran cantidad de comida en su entorno y un fácil y rápido acceso a ella. Se garantizan mantener la nevera y despensa llenas de provisiones todo el tiempo de manera exagerada. 

Puede ocurrir que los atracones sean leves pues los llevan a cabo una o tres veces por semana o extremos llevándose a cabo más de doce veces a la semana. 

Generalmente, cuando la persona lleva a cabo los atracones, está anímicamente alterada y su atención está enfocada exclusivamente en comer y saborear los alimentos y acto seguido puede hasta olvidar que fue lo que consumió. 

Una vez que se consume una enorme cantidad de alimentos la persona puede desarrollar un sentimiento de culpa y se siente mal consigo misma.