Muchas veces queremos pensar que los seres humanos somos complejos; pero te impresionarías si te dijera que no es así. En ocasiones, buscamos respuestas enredadas para explicar un comportamiento y dichas explicaciones pueden ir desde pensamientos irracionales hasta pensamientos racionales; tales como: “tal vez se comporta así porque es Aries o Piscis” o “su mal comportamiento es debido a que tuvo una experiencia traumática”.
Estos dos pensamientos (el primero irracional y el segundo racional) tratan de explicar un mismo fenómeno; pero, ¿cuál es la que explica mejor el comportamiento de una persona? En este artículo te invitó a conocer algunos estilos de pensamientos que se usan en las ciencias y también pueden ayudarte en tu vida cotidiana.
Principio de parsimonia: Cuando nos encontramos en una encrucijada queriendo entender el porqué de las cosas que nos ocurren a veces nos inundan miles de explicaciones. Ante esta situación Guillermo de Ockham postuló que “en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la más probable”. Con esto quiso decir, que muchas veces cuando tenemos dos pensamientos en igualdad de condiciones hay más probabilidad que la explicación más sencilla sea la correcta. Entonces, a veces no te va mal en el día porque mercurio está retrógrado, sino porque simplemente a lo mejor tomaste una mala decisión.
La duda metódica: Cuando tenemos un pensamiento y dudamos mucho de este, lo mejor es desecharlo y basarse en aquellos pensamientos que están fundamentados con evidencia empírica. En las ciencias uno debe de rehusarse de todo aquello que se puede poner en duda racionalmente; pero, ¿cómo lo aplico? Bueno, a veces un tipo de pensamiento sesgado como “todas las personas son infieles” es un pensamiento que puede ponerse en duda; ya que ¿realmente todas las personas son así? La idea no es dudar siempre, sino saber que tan firmes son nuestros pensamientos ante la evidencia.
La ley de Murphy: Este tipo de pensamiento bien usado puede ser de gran ayuda. Muchas veces tiene una connotación pesimista; pero, realmente cuando se entiende es todo lo contrario. La famosa ley es “si algo malo puede pasar, pasará” esta frase nos ayuda a pensar en probabilidades y tomar medidas necesarias para evitar posibles riesgos. Si eres una persona que solo piensa que tener un único plan te puede ayudar, la ley de Murphy te invita a que a veces es bueno pensar en un plan A y B.
La falsabilidad: Este pensamiento es uno de los pilares fundamentales en las ciencias; ya que, invita a que todo tipo de pensamiento debe ser sometido a ser falso o refutado. Aquellas teorías que no pueden ser refutadas entonces no pueden ser verdaderas, porque simplemente no hay una explicación absoluta para todo o algo en particular. Utilizar una misma explicación para todo no es bueno; también, no estar dispuesto a cambiar nuestra forma de pensar no ayuda a que podamos crecer y afrontar nuevas realidades. Este pensamiento nos invita a ir más allá de lo que generalmente creemos y tratar de ver la vida de múltiples formas.
La ciencia nos ha ayudado a entender que una buena forma de pensar y resolver problemas en la vida es siendo críticos, analíticos, basándonos en la evidencia, entendiendo que no existe una explicación absoluta para todo y siendo parsimonioso. Ciertamente, somos seres racionales y emocionales; pero, el pensamiento científico es un arma potente que puede ayudarte a resolver problemas muy difíciles. Entonces ¿por qué no usarlo?
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