Se entiende por bisexualidad como la orientación sexual por la que alguien siente una atracción romántica o sexual hacia otras personas de su mismo sexo o del sexo contrario. La bisexualidad no siempre ha sido reconocida como una orientación sexual, ya que habitualmente, se ha confundido con una etapa de transición desde la heterosexualidad a la homosexualidad y viceversa.
El día internacional de la bisexualidad se viene celebrando desde hace más de veinte años. Fue creado, en el año 1999, por tres activistas bisexuales: Wendy Curry, Michael Page y Gigi Raven Wilbur quienes, después de la “rebelión de StoneWall”, afirmaron que la comunidad gay y lesbiana había crecido en fuerza y en visibilidad pero no así la comunidad formada por el colectivo bisexual.
Para la “Asociación WADO LBTBI” el colectivo bisexual no solo se enfrenta al rechazo que suscita a muchas personas todo lo relacionado con LGTBI, si no también al propio estigma y/o rechazo del propio colectivo LGTBI hacia la bisexualidad. Existen una serie de mitos asociados a la bisexualidad tales como: la mayor promiscuidad, cierta confusión por “encontrarse en un estado de transición”, mayor probabilidad de contraer enfermedades venéreas, un mayor índice de casos de infidelidad, e incluso esa errónea y extendida creencia de que “todos somos bisexuales”; todas estas falsas creencias dañan la imagen del colectivo bisexual, y están muy alejadas de la realidad.
Resulta significativo aportar algunos datos acerca de la bisexualidad; por ejemplo, dentro de los jóvenes pertenecientes al colectivo LGTBI se distribuyen de la siguiente manera: lesbianas (19%), gais (27%) y bisexuales (38%). En el caso de todos los jóvenes la proporción sería la siguiente: heterosexuales/lesbianas/gais (89%) y bisexuales (6%). Finalmente, en cuanto a la distribución en porcentajes de personas bisexuales diferenciada por sexos, sería la siguiente: mujeres (5,5%) y hombre (2%).
La celebración de este día internacional de bisexualidad debe de servir para dar visibilidad al colectivo LGTBI en general y a las personas bisexuales en particular, tratando de combatir estigmas, prejuicios o mitos fundamentados en ideas obsoletas, retrógradas y poco respetuosas hacia estas personas. Para ello se antoja muy necesario educar en valores, aportar información a través de los medios de comunicación, de las instituciones y haciendo de portavoces profesionales especializados, personajes públicos y personas influyentes en general que puedan ejercer una importante fuente de información para todos y que nos ayuden a mejorar la convivencia basada en el respeto, en el amor y en saber compartir valores y difundir ideas actuales carentes de todo tipo de prejuicios.
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