El conocimiento es la facultad de los seres humanos para comprender por medio de la razón, cualidades y relaciones de las cosas. Pero, existe una pregunta particular en relación a este tema y es ¿el conocimiento es innato?
En la década de 1980 una psicóloga cognitiva norteamericana llamada Elizabeth Spelke realizó una serie de estudios experimentales en bebés y niños pequeños para poner a prueba su teoría, sus resultados sugieren que los seres humanos tenemos una gran variedad de habilidades mentales innatas.
En el desarrollo temprano el conocimiento aparece en dos áreas en particulares las cuales son los dominios específicos y las tareas específicas, al parecer, estas capturan los elementos fundamentales y ecológicos del entorno en el cual se desenvuelve el niño/a y son una parte fundamental del desarrollo del conocimiento en las edades adultas.
Los estudios de preferencia visual llevado a cabo por Spelke han demostrado que a partir de los 3 meses de edad los niños demuestran tener conocimientos sobre los objetos físicos, las personas, los números y el espacio. Sin embargo, ella ha evidenciado que en el desarrollo el conocimiento que se expresa no corresponde a todos los dominios en general; sino, a una serie de dominios específicos los cuales son el dominio físico, el psicológico, el numérico y el geométrico. Estos dominios que manipulan los niños están atados a las reglas fundamentales de cada dominio y lo más interesante es que estas restricciones son reconocidas tal cual como lo reconoce un adulto. En este punto podemos responder entonces la respuesta inicial con un gran sí, el conocimiento es innato, nuestros niños/as vienen al mundo dotados con información para entender cómo opera este y es gracia al desarrollo neurológico que este se manifiesta.
Uno de los errores más grandes es pensar que los niños por su edad no tienen conocimientos o son ignorantes de lo que ocurre a su alrededor. Hoy en día se ha demostrado que los niños no son una tabula rasa que vienen al mundo a adquirir información; sino que, nuestro cerebro viene capacitado para resolver problemas y adaptarse a las situaciones del medio ambiente; por ejemplo, los estudios llevados a cabo por Smith y Thelen demostraron que la capacidad de información de procesamiento de un bebé puede modificarse solo con la modificación de la posición corporal del niño ante determinado estímulo; es decir, un niño de 3 meses se puede comportar como uno de 7 meses dependiendo de cómo esté posicionado ante el estímulo que se le presenta. Por lo que, al leer todo esto te dejo esta pregunta para reflexionar ¿Aún crees que tu hijo bebé o niño/a no sabe lo que hace?
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