Así, se habla del síndrome de Damocles cuando existe un miedo excesivo a la recurrencia de una enfermedad.
En numerosas ocasiones, figuras históricas o de la mitología son utilizadas para nombrar y explicar diversas experiencias psicológicas. Una de estas figuras es la de Damocles, cuya historia se emplea para ilustrar cómo una persona que ha superado una enfermedad peligrosa puede ser víctima del temor a su reaparición. Así, se habla del síndrome de Damocles cuando existe un miedo excesivo a la recurrencia de una enfermedad.
Este síndrome es particularmente observable en pacientes con cáncer, conocidos como pacientes oncológicos. En estos casos, sentir cierta aprehensión por una recaída es normal y, en realidad, se fundamenta en la realidad. Sin embargo, cuando esta incertidumbre o el temor a la reaparición de la enfermedad se tornan intensos y afectan la vida cotidiana de las personas, hablamos del síndrome de Damocles, en el cual la preocupación y el miedo se han vuelto patológicos. En este artículo, exploraremos en qué consiste el síndrome de Damocles y cómo puede ser manejado de manera adecuada para superarlo.
El nombre síndrome de Damocles se relaciona con la historia de Damocles, quien fue cortesano en la corte de Dionisio II. La historia cuenta que Damocles intercambió su lugar en la mesa con Dionisio para experimentar los beneficios de estar en su posición. Durante un banquete, Damocles observó sobre su cabeza una espada suspendida por un fino hilo. Al reconocer esta realidad, fue incapaz de disfrutar del festín y solo pudo pensar en el inminente peligro de la espada cayendo sobre él.
Con algunos pacientes oncológicos sucede algo similar, luego de superar la enfermedad pueden desarrollar miedos irracionales por el temor a una recaída. Estos miedos se intensifican cuando se acercan las revisiones médicas de rutina, ya que la persona siente que la enfermedad podría regresar, amenazando con desvanecer todo el progreso logrado en la recuperación de la normalidad.
Causas del Síndrome de Damocles
Este síndrome surge como resultado de una experiencia vital que conecta al individuo con un temor intenso. La baja tolerancia a la incertidumbre inherente a la naturaleza humana y la sensación de falta de control ante la posibilidad de recaída en una enfermedad como el cáncer son factores que contribuyen a la aparición de este síndrome.
Estos elementos pueden generar una vivencia similar al síndrome en personas que han sobrevivido a una enfermedad grave, acompañando al paciente durante mucho tiempo. Paradójicamente, incluso si los exámenes médicos reflejan resultados positivos, el miedo puede persistir. La persona puede cuestionar la efectividad de las revisiones, pensando que no detectan una posible recaída.
Por otro lado, aquellos que han superado el cáncer en la infancia tienen una alta probabilidad de desarrollar este síndrome. A pesar de que la tasa de supervivencia en cáncer infantil ha aumentado, según un estudio de la Mayo Medical School (Cupit-Link, Syrjala & Hashmi, 2018), el diagnóstico original sigue conectando a las personas con temores profundos. Más allá del miedo a la muerte, se teme al dolor y a perder la "normalidad". Cualquier señal que insinúe la posibilidad de un retorno a la casilla de salida se percibe como una amenaza significativa y perturbadora.
Cómo afrontar el Síndrome de Damocles
En primer lugar, es esencial seguir las indicaciones médicas proporcionadas por el especialista que lleva el caso. Por otro lado, aunque con buena intención, las opiniones y relatos de quienes nos rodean pueden magnificar nuestro miedo. En segundo lugar, es fundamental experimentar, expresar y aceptar las emociones. En el caso de personas que han vivido situaciones transformadoras, puede ser útil unirse a grupos de terapia o apoyo para aprender a gestionar las emociones de manera adaptativa.
En este sentido, el apoyo de la familia del ex-paciente de cáncer juega un papel esencial. Un artículo en la revista Journal of Cancer Education (Curda, 2010) señala que trabajar con la familia del enfermo es crucial para superar el síndrome de Damocles, ya que la familia puede incrementar o mitigar el temor a una recaída. Es importante recordar que, si hablas de una enfermedad con alguien que la ha superado sin que te lo solicite, puedes estar dificultando su proceso de superación.
Por otro lado, la persona puede adquirir habilidades que le ayuden a vivir en el presente y a manejar las preocupaciones anticipatorias. El temor a la recaída está basado en datos reales: en muchos casos, existe una probabilidad de recurrencia. Sin embargo, el problema surge cuando esta probabilidad se magnifica y la anticipación limita de manera severa la vida diaria.
Por último, al igual que con otros síndromes o experiencias psicológicas, la ayuda profesional cualificada facilita la superación del síndrome de Damocles. Tanto los grupos de terapia como la atención psicológica especializada son herramientas valiosas para abordar el miedo a una posible recaída y avanzar hacia la recuperación.
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