Aunque el síndrome de Jerusalén es poco conocido, este aqueja a algunas personas que visitan la ciudad y llegan supuestamente a sentirse poseídos por un espíritu religioso que les cambia extrañamente el comportamiento.
Por lo tanto, se conoce como síndrome de Jerusalén al trastorno psicológico que perturba a quienes habitan la ciudad Jerusalén y a los turistas que la visitan. Llega a parecerse a la psicosis, y en los casos más grave pueden evidenciarse alucinaciones y delirios.
Habitualmente, las personas que sufren de este síndrome se identifican con personajes bíblicos y actúan repitiendo las características que se conocen de ellos. Algunos de los personajes que frecuentemente suelen imitar son: Jesús de Nazaret, María Magdalena, Moisés, Juan Bautista y el rey David, entre otros.
La religión que es profesada influye en este trastorno, debido a que los cristianos suelen imitar a personajes del Nuevo Testamento y los judíos se identifican con los personajes del Antiguo Testamento. En consecuencia, las mujeres suelen identificarse con personajes femeninos mientras que los hombres con personajes masculinos.
El Muro de los Lamentos es el lugar más turístico de Israel y está localizado en la ciudad de Jerusalén. Constantemente, miles de turistas visitan el muro en cualquier momento, bien sea para asistir a una ceremonia o manifestación, tomar fotografías o rezar. El ambiente espiritual, histórico y auténtico que caracteriza el lugar es muy fuerte, pudiendo ser el factor que desencadena este síndrome.
Numerosas personas que visitan el lugar en búsqueda de experiencias sobrenaturales (religiosas o espirituales). Se encuentran cautivados por el ambiente que se crea, sobre todo en horas de la noche. Al comportarse como personajes de la época, las personas que protagonizan este síndrome cambian su apariencia para luego transitar por la ciudad predicando y actuando de manera diferente.
El psiquiatra Yair Bar-El, fue el primero en identificar clínicamente el síndrome de Jerusalén, luego de revisar a más de 400 turistas judíos y cristianos que habían sido diagnosticados con demencia, pudo identificar ciertos aspectos usuales que le permitieron determinar los principales síntomas de la enfermedad.
Los enfermos realmente padecen de un trastorno disociativo histérico, donde adoptan otra personalidad que no son capaces de recordar. La espiritualidad que caracteriza el ambiente en la antigua ciudad de Jerusalén, representado por la historia, la religión, la mitología y la ideología, e influenciado por los sucesos que se produjeron allí (masacres, cruzadas y guerras) no deja indiferente a las personas que lo visitan.
Este síndrome ha sido comparado con el síndrome de Florencia, el cual fue detectado entre los turistas que visitaban Florencia y actuaban de manera irracional y anormal. Estos turistas tenían temblores, vértigo, depresiones, confusión e incluso alucinaciones después de visualizar la gran cantidad obras de arte en este lugar. Sin embargo, la causa de este síndrome es por la belleza de su ciudad y sus obras de arte, mientras que el síndrome de Jerusalén se produce gracias al factor religioso.
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