El síndrome del emperador, del niño rey o del niño tirano son los nombres con los cuales se conoce un comportamiento muy común y frecuente en los niños, donde estos dominan a sus padres y presentan conductas de faltas de respeto, gritos, insultos y en muchos casos golpes.
El comportamiento de autoridad que deben tener los padres, lo tienen en este caso los hijos, es decir, los papeles se intercambian, los hijos son los que tienen la máxima autoridad y los padres no tienen derecho de imponer normas o sanciones ante alguna falta.
Específicamente, los niños con este síndrome presentan los siguientes comportamientos:
Desde que se considera maltrato, a algunos castigos, como tirar de la oreja o una palmada en la mano, brazo o pierna, los padres se intimidaron y los niños vieron una oportunidad para la manipulación. Esto trajo como consecuencia, que los niños crezcan con hostilidad y convencidos de que son una figura de autoridad en la familia.
Los niños con este síndrome siempre querrán decir que deben hacer los demás, dirá lo que quiere comer, a donde ir él y la familia, que observar en el televisor, que musica escuchar, que jugar. En resumen, el dará todas las pautas de que, como y cuando tanto de él, como de las personas que lo rodean. Esto sucede porque no experimentan ninguna emoción ni sentimiento que estén relacionados con colocarse en el lugar de los demás, o pensar que quieren los demás.
No cumplir lo que el niño emperador ordena, significa desatar episodios de ira, pataletas, berrinches, agresiones verbales y físicas. Son muchos los padres que presentan una actitud pasiva y calmada ante el comportamiento de sus hijos, el cual promueve que los niños asuman el control de la autoridad a muy temprana edad. Sin medir las consecuencias que tarde o temprano se les van a presentar.
Los niños con este tipo de síntoma no saben lo que significa respetar y perdonar, lo que los hace seres retadores y provocadores con un solo fin en su vida y es el de tener a todos y todo rendido a sus pies.
Tomar la decisión de traer un hijo al mundo, implica una gran compromiso, educarlos es una de las principales tareas que dependen principalmente de los padres. Evitar que el niño que presente este síndrome llegue hasta la adolescencia es de suma importancia pues en esta etapa las acciones y consecuencias sobrepasan cualquier límite y pueden ocasionar mayores dificultades.
Cultivar y enseñar la responsabilidad y el respeto por los demás son aspectos de suma importancia, seguidos del valor de las cosas y del esfuerzo que se realiza para obtenerlas. Establecer límites coherentes es muy necesario para la formación de personas que se van a relacionar con el mundo.
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