Espejito, espejito... Quiero ser la más bonita

Vivimos en una sociedad que incentiva permanentemente la imagen de una vida perfecta. Las redes sociales son un claro ejemplo de ello. Las mujeres, principalmente adolescentes, suelen ser las más permeables a sufrir debido a que no logran alcanzar las expectativas impuestas. Justamente, en la adolescencia suelen aparecer los trastornos alimentarios. Aquí me abocaré principalmente a la anorexia y bulimia.

Los trastornos alimentarios se definen como una alteración psicológica con respecto a la comida, al peso y a la imagen corporal. Hay un temor permanente a engordar y una idea sobrevalorada de adelgazar. Quienes lo padecen se caracterizan por baja autoestima y alto perfeccionismo.

La imagen corporal es una representación que cada persona construye. El ideal de belleza de extrema delgadez influye en esta construcción. La insatisfacción con la imagen corporal es uno de los predictores más fuertes de los trastornos alimentarios.

Las personas con anorexia nerviosa se caracterizan por negarse a mantener el peso mínimo requerido para su edad y altura, por lo cual presentan déficit de peso. A su vez, se perciben a sí mismas de forma distorsionada, creen verse por encima del peso. En la anorexia prima la restricción alimentaria, las dietas muy rígidas y estrictas. La lucha contra el hambre se hace presente al principio, pero, a medida que la anorexia se cronifica, se deja de sentir hambre.

Por otro lado, la bulimia nerviosa se caracteriza por episodios recurrentes de atracones (ingesta de gran cantidad de comida en poco tiempo) con la sensación de pérdida de control. También están presentes las conductas compensatorias para prevenir el aumento de peso: vómitos, uso de laxantes o diuréticos, etc. Los atracones se viven con mucha culpa y a escondidas. Las conductas compensatorias tienden a aliviar esta culpa. Las personas con bulimia, a diferencia de las que padecen anorexia, presentan normopeso o sobrepeso.

El pronóstico de ambos trastornos es muy desfavorable. Quienes los padecen suelen presentar dificultades para concentrarse, amenorrea (ausencia de menstruación). En la anorexia, disminuye la frecuencia cardiaca, hay pérdida de tonicidad muscular y desmayos. En la bulimia, suele ocurrir desbalance electrolítico, por pérdida de minerales durante los vómitos, que conlleva una internación. En ambos trastornos el riesgo de fallecimiento está presente y cuanto más tiempo ocurre y más se cronifica el trastorno, más difícil es su tratamiento. Por ello, su detección temprana es crucial.