La música es el arte de crear y organizar sonidos y silencios respetando los principios fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo, mediante la intervención de complejos procesos psicoanímicos. Este bello arte tiene una relación profunda con nuestras emociones, pensamientos y comportamientos. En este artículo te enseñaré ¿qué ocurre en nuestro cerebro cuando oímos una canción y por qué nos genera felicidad?
Primero, es importante entender que nuestro sistema sensorial es producto de un elaborado proceso evolutivo cuyo objetivo final es poder darnos un sistema que nos permita entender el mundo y el poder modular patrones de comportamientos para interactuar con estos. El sistema auditivo humano es un sistema complejo que nos permite crear imágenes mentales a través del sonido; y el cual, se conecta con áreas cerebrales relacionadas con la generación de proceso cognitivos como la memoria, las emociones y el comportamiento.
Cuando escuchamos música se generan picos emocionales que aumentan la producción de dopamina, un neurotransmisor relacionados con el sistema de placer y recompensa; el cual, se genera ante situaciones agradables y estimula a la búsqueda o repetición de dicho evento. Por otra parte, las áreas relacionadas con la memoria también se activan y tienden a relacionar los eventos con los sonidos que estamos oyendo, entre más significativo sea el evento a nivel emocional cuando oímos música, al momento de oír nuevamente esa canción tu cerebro recreara mentalmente los recuerdos asociados a la canción. Esto lo explica Óscar Hernández investigador en estudios musicales de la Universidad Javeriana de Colombia, él afirma que la música tiene un gran poder para avivar emociones y que esto ocurre gracias a la forma en cómo esto se relaciona con experiencias, imágenes, momentos, personas o lugares, que en conjunto generan significados con gran intensidad emocional, este fenómeno es denominado como refuerzo multimodal.
Por otra parte, investigadores como Jacob Jolij (neurocientífico de la Universidad de Groningen) han demostrado que la siguiente fórmula:
Nos permite calcular la felicidad que nos puede generar una canción, demostrando que una canción que tiene un promedio de 118 compases por minuto nos hace sentir bien. Sin embargo, los efectos que están generan en la memoria y en nuestras emociones influyen también convirtiéndola en un proceso muy personal.
La música proporciona los estímulos necesarios para facilitar los procesos de aprendizaje, neuroplasticidad y atencionales, nos ayuda anticipar acontecimientos y a mantener una mayor concentración (canciones sin letras o ritmos movidos nos ayudan a concentrarnos).
Al leer todo esto te pregunto: ¿oirás música con más frecuencia ahora?
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