¿Eres consciente de lo que sientes a lo largo del día o vas tan en piloto automático que no te paras ni a escuchar lo que sientes?
Muchas veces, nos pasamos el día corriendo de un sitio para otro, sin ser conscientes ni de lo que hacemos, ni de cómo hemos llegado de un sitio a otro, ni de nuestro diálogo interno ni de nuestras emociones ni sentimientos.
Este hábito es muy dañino y a corto-medio plazo pasa factura. Las emociones son como una especie de mensajeros que tienen la función principal de transmitirnos un mensaje concreto. Éstas, al igual que todo en esta vida, son pasajeras: vienen, se desarrollan y se marchan para dar paso a otras emociones nuevas.
El problema es que si no les hacemos caso, éstas se "enquistan" y acaban “gritando” hasta que consiguen captar nuestra atención.
Cuando no les prestamos atención, las emociones gritan en forma de ansiedad, depresión, malestar emocional, etc. Lo hacen de una forma más intensa para que nos paremos a prestarles atención.
Para no llegar a ese punto y que tus emociones tengan que gritar de esa manera, te propongo que empieces a escuchar y a ser más consciente de lo que sientes a lo largo del día.
Para ello, puedes realizar el siguiente ejercicio:
Esto te ayudará a relacionarte con tus emociones y sentimientos de una forma mucho más consciente, entendiendo cuál es el mensaje que estos sabios mensajeros te vienen a traer.
Además, al parar a escuchar estos mensajes, evitaras que tengan que gritar en forma de síntoma.
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