El estigma es una sensación negativa basada en una creencia sobre un grupo de personas. Es la carga oculta de las condiciones mentales que hace que las personas se sientan avergonzadas por algo que no pueden controlar, y puede ser tan difícil de manejar como la condición misma. Esto puede hacer que muchas personas censuren o callen cómo se sienten realmente. El estigma afecta el bienestar de las personas, les impide buscar tratamiento y perjudica su autoestima. Los efectos pueden perdurar después de que alguien haya comenzado a recuperarse.
 

El estigma ocurre cuando otras personas:

• No entienden el problema de salud mental o piensan que es algo gracioso.
• No se dan cuenta de que un problema de salud mental es una condición que se puede tratar.
• Piensan que un problema de salud mental es la culpa del paciente o que este simplemente no quiere superar el problema.
• Temen que ellas mismas puedan tener un problema de salud mental algún día.
• Se ponen nerviosas cuando están con la persona con alguna condición.
• Para un grupo de personas que ya tienen una carga pesada, sumarle el estigma a su dolor puede ser intolerable. Y si bien el estigma ha disminuido en años recientes, el ritmo de la evolución no ha sido lo suficientemente rápido. Todos pueden cumplir un papel importante a la hora de luchar contra el estigma en sus comunidades y en el trabajo.

Comienza con estos consejos

• Habla abiertamente sobre la salud mental: Reconoce que las condiciones de salud mental existen y que no hay que avergonzarse de ellas, esto hace que resulte más fácil entenderlas y hablar sobre el tema.
• Edúcate y educa a los demás: Busca fuentes confiables para entender mejor lo que atraviesan las personas que tienen una condición de salud mental.
• Usa palabras respetuosas para hablar sobre las condiciones de salud mental.
• Elimina ciertas palabras de tu vocabulario (loco, chiflado, psicótico, etc.) que refuerzan los estereotipos y minimizan la importancia de entender verdaderamente las condiciones de salud mental.
• Expresa con otras palabras o parafrasea: En vez de decir que alguien “sufre de una
• condición mental”, decir que alguien “vive con (o tiene) una condición mental”.
• Reconsidera y no te refieras a alguien únicamente por su condición: Por ejemplo, no digas “un esquizofrénico”. En cambio, utiliza un enfoque centrado en la persona: “una persona que vive con (o con diagnóstico de) esquizofrenia”.
• Da tu opinión: No te calles si escuchas a las personas repetir estereotipos negativos. Con frecuencia, no conocen la terminología correcta, y si vos intervenís, esto ayudará a corregirlas y evitará un posible daño.
• Ve a la persona, no a la condición: Al igual que a cualquier persona que le diagnostican una enfermedad, no trate a alguien diferente debido a su condición de salud mental.
• Promueve la igualdad entre las condiciones físicas y de salud mental: Evita considerar que una condición de salud mental tiene “menor importancia” en comparación con cualquier otra condición.
• Ofrece apoyo si pensáis que una persona está teniendo problemas: Hazle saber que no está sola y que existe ayuda disponible para ella. Ofrécete a hacer algo bueno por ella, como prepararle una comida o limpiarle la casa.