Manejo del dolor a través de intervenciones no farmacológicas

El dolor crónico hace referencia al dolor que se ha presentado por un periodo de tiempo mayor a tres meses y que afecta la funcionalidad del individuo. Por lo general, en las enfermedades crónicas el manejo del dolor se vuelve una cuestión del día a día. En ocasiones los tratamientos farmacológicos como los analgésicos no son suficientes, por lo que emplear estrategias complementarias como tratamientos no farmacológicos es fundamental, de esta manera, se brinda atención desde un enfoque interdisciplinar. 

Usualmente en el abordaje del dolor, el paciente toma una postura pasiva, Ruiz et al. (2021) menciona que lo ideal es brindar al individuo la oportunidad de ser el protagonista en su proceso de salud-enfermedad, lo que le permitirá adquirir nuevas herramientas para el manejo de su dolor.

Siguiendo esta línea, algunas de las intervenciones no farmacológicas que se pueden emplear son:

• Psicoeducación acerca del dolor, enseñar al individuo de qué manera se producen los estímulos nociceptivos y como a través del sistema nervioso se interpretan estas señales. El dolor es una experiencia sensitiva y emocional, por lo que nuestra concepción del dolor está moldeada por nuestras creencias o experiencias.
• Terapia cognitiva conductual, con el fin de conceptualizar las creencias en torno al dolor, puesto que, son una parte fundamental en cómo se percibe y como se responde ante este. 
• Técnicas de relajación, se emplean con el fin de centrar la atención en estímulos diferentes a los nociceptivos, para disminuir la tensión y reducir la ansiedad. En este campo podemos encontrar técnicas de respiración, relajación progresiva o visualización.
• Mindfulness, hace referencia a la atención plena. Permite focalizar nuestra atención en el aquí y en el ahora, lo cual, invita al individuo a tomar una postura de observador, sin emitir ningún tipo de juicio. En este caso, percibir los estímulos relacionados al dolor, describirlos y participar con ellos, contribuye a reducir el sufrimiento, apertura hacia la aceptación y hacia la transformación de la percepción del dolor. 
• Arteterapia, a través de la expresión creativa se puede canalizar o aliviar el dolor. Tomar conciencia del estado físico y emocional, conectando con la parte de la enfermedad o condición que causa el dolor.
• Tratamiento de fisioterapia, contribuye al manejo del dolor y a mejorar la movilidad a través de técnicas como la termoterapia o manejo de estimulación eléctrica como TENS.
• Ejercicio físico, es otra de las estrategias que permiten el manejo del dolor, puesto que contribuye a la movilidad, así mismo, permite generar flexibilidad o estiramiento y también incrementar la fuerza o resistencia cuando se necesite. 

Para finalizar, el dolor es un concepto multidimensional, no solo hace referencia a lo físico, sino que se acompaña de una experiencia emocional que afecta todas las dimensiones de la persona, por lo que, un abordaje integral es fundamental, con el fin de brindar una opción de calidad de vida a los individuos.

Referencias

Ruiz-Romero, M.; Guerra-Martín, M.; Álvarez-Tellado, L.; et al. (2021). Terapias no farmacológicas para el dolor crónico no oncológico: percepciones de los pacientes. Anales del Sistema Sanitario de Navarra, 44(1), 61-69.https://dx.doi.org/10.23938/assn.0927