Como cada año llega la Noche de Reyes donde niños y niñas de todo el mundo esperan expectantes y ansiosos que los Reyes Magos no hayan olvidado ninguno de sus regalos.
Juguetes, videojuegos, muñecas… invaden las casas sin mesura.
Los niños y niñas se afanan en asegurar lo buenos que han sido y lo mucho que merecen la sobredosis de objetos que tanto desean.
Pero, ¿es esto lo mejor para ellos? ¿Colmar de objetos materiales a nuestros hijos es lo mejor para premiar su buen comportamiento?
Si nos paramos a analizar las consecuencias psicológicas que puede tener para un niño el hecho de que relacione desde la más tierna infancia que si se porta bien durante todo el año, el premio es algo material, de forma inconsciente puede asumir que conseguir cosas materiales es símbolo de bondad y éxito y será el objeto de su vida, pudiendo ocasionar frustraciones futuras si no consigue todo aquello que anhela.
Es la base del consumismo. Vales por lo que tienes.
Tampoco quiere decir que ya no vayamos a regalar juegos o caramelos nunca más pero quizás, en este día, deban existir también otros tipo de “regalos” no materiales que premien el buen comportamiento y demuestren el cariño que sentimos hacia nuestros hijos.
Regala a tus hijos horas contigo, jugar juntos, besos y abrazos, alguna actividad que desee hacer, charlas, comprensión, recuerdos...
Si nosotros los adultos hacemos memoria de nuestra propia experiencia de infancia nos daremos cuenta que pocos recuerdos tenemos de los juguetes, videojuegos o regalos que nos hicieron durante todas las navidades de nuestra vida. Sin embargo, nos acordamos perfectamente de aquella excursión con la familia en la que tú y tu hermano os convertisteis en superhéroes de las acequias, de aquella fiesta con los primos en la que tu abuelo te perseguía con su dentadura postiza, de los cuentos que te contaba tu tía, de las tartas de madroños que te hacia papa después de recogerlos en el campo, de los juegos mágicos que te enseño tu madre con espejos para poder andar por el techo, y así mil recuerdos más.
Dale a tus hijos todos esos momentos mágicos contigo porque esos recuerdos serán el verdadero regalo de Reyes Magos que hará que en el futuro la Navidad y su vida en general, tengan algún significado.
Psonríe la Noche de Reyes!
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