Una vez que una persona asume un pensamiento catastrófico es una cadena que no se detiene y de la cual es muy difícil escapar o salir. el pensamiento catastrófico se refiere a una inclinación, de acuerdo a las vivencias y conocimientos que nutren las creencias de una persona a imaginar situaciones negativas o los peores escenarios o catástrofe ante un acontecimiento sin que exista una razón para ello.
El pensamiento catastrófico se origina en la evolución. El cerebro siempre se prepara para lo peor (para protegernos y defendernos), puede reaccionar automáticamente ante los más mínimos signos de temor y con ello salvarnos la vida. Pero también el ser humano tiene una gran facilidad para reaccionar ante el miedo en situaciones confusas o peligrosas.
Por ello el pensamiento catastrófico es una respuesta normal de nuestro cerebro, sin embargo se vuelve un problema cuando este estímulo del cerebro queda permanentemente activo y afecta nuestro comportamiento cotidiano, provocando que la persona permanezca en alerta constante esperando el peligro en todas partes.
Pensar continuamente en lo peor, genera tensión, angustia e inquietud. Todos estos sentimientos traen como consecuencia problemas a nivel psicológico y físico que conducen a la depresión.
La persona con pensamientos catastróficos aun cuando los hechos no ocurran como ella los pensó y los supuso y las evidencias lo corroboran, sigue alimentando los pensamientos negativos.
El mundo en el que vivimos, diariamente está lleno de amenazas que nos exponen a muchas situaciones peligrosas, sin embargo, la mayoría de las personas no prestas mucha atención pues la mayoría no piensa que sean propensos a protagonizar una situación negativa, generalmente, piensas que esas cosas malas le pasan a los demás.
Pero, cuando las personas pierden el control de las cosas que le suceden o de sus sentimientos por cualquier circunstancia, ese equilibrio emocional desaparece y se hacen fuertes los escenarios inciertos y confusos en los que se tiene la tendencia a esperar o pensar en los peores escenarios y alimentar las situaciones catastróficas en nuestra mente.
Todos estamos expuestos a un gran número de situaciones o peligros que en muchos casos no podemos evitar. Sin embargo, nuestra actitud y pensamientos ante estas situaciones, si dependen de nosotros mismos. Reconocer lo que sucedió y pensar cómo mejorarlo o cómo enfrentarlo de manera positiva sin caer en emociones ni pensamientos negativos ayuda a no agregar más malestar y dolor de la que ya ha generado la situación o el hecho ocurrido.
En muchos casos hay experiencias durante la infancia que dejan marcas basadas en que el mundo en el que vivimos es muy peligroso y debemos estar prestos a defendernos ante cualquier situación en cualquier momento. Es entonces donde el miedo se hace parte de la vida diaria hasta llegar a convertirse en un patrón instaurado de pensamientos catastróficos comunes para todo, alterando las respuestas emocionales negativas.
Las personas por si solas solo con su pensamiento y reacción agravan las situaciones y agregan cuotas de miedo, sufrimiento y ansiedad innecesarias. Entre los pensamientos catastróficos que las personas suelen alimentar tenemos:
En estas circunstancias entra el miedo y aparece la imagen de un futuro catastrófico, donde las emociones negativas a través de los pensamientos determinan las reacciones ante la vida.
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