¿Qué es la prosopagnosia?

El cerebro es el órgano que produce la mente, en este órgano se encuentra un área llamada área fusiforme de las caras (FFA) el cual se encarga del reconocimiento de rostros. Pero ¿Qué ocurre cuando nuestro cerebro no puede reconocer ningún rostro, incluyendo el nuestro? En este artículo te explicaré qué es la prosopagnosia.

La prosopagnosia es un trastorno cognitivo y una forma de agnosia visual que se caracteriza por la incapacidad de poder reconocer rostros familiares, incluyendo el propio. Mientras otros aspectos cognitivos permanecen intactos. Generalmente, las personas que padecen de prosopagnosia son conscientes de su condición y de las dificultades que acarrea a nivel social.

Existen dos tipos de prosopagnosia, las cuales son: la adquirida y la congénita. La prosopagnosia adquirida es producto de un daño en el lóbulo temporal-occipital, esto se origina debido a la presencia de ictus de forma bilateral, tumores cerebrales o traumatismos craneoencefálicos que afecten esta zona mencionada. Mientras que, en la prosopagnosia congénita la persona nunca pudo desarrollar la capacidad para reconocer rostros. En este tipo de prosopagnosia no se observan lesiones cerebrales. 

También, existen dos subtipos de prosopagnosia que están catalogados como: prosopagnosia aperceptiva (dificultad para percibir las caras) y prosopagnosia asociativa (dificultad para recuperar información de la memoria sobre las caras que se observa) estos subtipos están asociados a problemas en el procesamiento de la información al momento del reconocimiento facial. 

Los síntomas asociados a estos problemas son: incapacidad para el reconocimiento de caras conocidas, reconocimientos de las personas por otras características; y, por último, hay una dificultad para diferenciar rostros en imágenes estáticas. A pesar de que este tipo de problema no se pueda prevenir, existen comportamientos saludables que puede ayudar a las personas que padecen de este tipo de problemas, alguno de ellos es: hacer ejercicio, evitar el sedentarismo, evitar el estrés, controlar factores de riesgos vasculares, tener hábitos saludables de sueño, evitar el consumo de alcohol y cigarrillo, entre otros.