El realismo ingenuo se caracteriza por bordear el egocentrismo. En este realismo ingenuo pensamos que poseemos la habilidad de ver la realidad como es, sin ver la falsedad, ni los dobles sentidos, ni los prejuicios. Existen seres humanos que solo dependen de su propia opinión y perspectiva para definir el mundo que lo rodea, dejando a  un lado otras posibilidades y perspectivas. 


Ejemplos del razonamiento de una persona con realismo ingenuo o egocéntrico seria, se puede confiar plenamente en las personas que reciclan, las personas con tal inclinación política deben ser nobles. Estos suelen ser pensamientos definidos por conservar una visión no completa del mundo, polarizados y con cierto tono narcisista. 

 

¿En qué consiste el realismo ingenuo? 
 

Este tiene sus inicios desde la filosofía de la percepción. Se entiende que existan personas que pongan en práctica una forma de conciencia que les hace creer que todo lo que ven es un reflejo de lo que el mundo realmente es. Es decir, de manera muy simple, lo que yo siento o veo es la única realidad. 

Desde este punto de vista algo egocéntrico e inocente, no se cuenta con un sentido desde una perspectiva crítica ni un sentido de reflexión. Así pues, hay quienes prefieren no utilizar el término "ingenuo" y definirlo como un "realismo sencillo" para puntualizar una situación concreta. 

Se puede dar otro ejemplo de realismo ingenuo, al ver en la televisión la promoción de algún producto donde indican que es el mejor del mercado, se lo creen y comienza la búsqueda para adquirir ese producto. Así mismo, cuando se lee algo en las redes sociales, nos causa impacto se da que es un hecho y se comparte a otros sin verificar autenticidad. 

Cuando se es dependiente de forma excesiva de nuestro punto de vista para entender el mundo, se interpreta creyendo en lo correcto, sin embargo hay que dejar espacio para más, ejemplos: 

* Asumir que nuestra verdad no es la única que pueda existir. 

* Estar consciente que algunas veces podemos estar equivocados en nuestro pensar. 

* Se debe ejercitar la reflexión y la capacidad de relatividad y estar dispuestos a perspectivas y posibilidades, teniendo un sentido crítico y autocrítico. 

*Ser dependiente únicamente de nuestras justificaciones, opiniones e interpretaciones. 

* Aceptar que las cosas no pueden ser como nosotros las esperamos o las creemos. 

 

Sesgo cognitivo de la irrealidad  
 

La psicóloga  Angela Duckworth, nos cuenta que las personas, tenemos la inclinación de confundir la perspectiva subjetiva con la realidad universal y objetiva, y no son iguales. 

Estamos muy apegados a nuestra subjetividad, que en muchas ocasiones, nos hace vivir en una irrealidad. Debemos aprender a aceptar que nuestras creencias podrían estar equivocadas. 

 

Realismo ingenuo y humildad intelectual 
 

Las cosas no siempre son negras o blancas, es un hecho que en el mundo encontramos tonalidades de diferentes colores. No se debe defender frenéticamente una idea, no por eso se convertirá en realidad. La vida, tal y como la conocemos, tiene variables, se mueve, cambia y se transforma. 

El realismo ingenuo pone obstáculos, filtros y alambradas que impiden nuestro avance. Estos no son convenientes ni útiles, de esta manera, un plan valioso que no falla y que se intenta instalar en nuestro cerebro, se le conoce como humildad intelectual.  

Con este funcionamiento acertado e idóneo, nos recuerda que todas las personas somos factibles. En resumen, queremos dejarle en claro, que es bueno atender a diferentes perspectivas y pensamientos aparte de los nuestros propios. Esto es lo que hace que seamos seres humanos con una mayor riqueza.