En psicoterapia, una de las demandas más habituales que nos encontramos, son los miedos a exponernos a ciertas situaciones.
A continuación, vamos a explicar una serie de pasos que utilizamos en terapia. Es importante decir, que estos pasos o fases deben de ser controlados por un/a psicólogo/a para que sea más efectivo, pues desde la propia intervención, analizamos que tipo de situaciones debemos de empezar a enfrentarnos.
¡Vamos a por ello!
Evitando tecnicismos, diríamos que el establecimiento de jerarquías es una lista de situaciones que a la persona le provoca malestar enfrentarse a ellas. Por ello, analizamos qué situaciones provoca malestar y mediante una puntuación, donde 0 es poco o nada malestar y 5 mucho malestar, clasificamos aquellas situaciones donde sentimos un malestar acusado.
Es importante entender que esta clasificación es personal, pues podríamos encontrarnos con situaciones cuotidianas, que provoca un malestar de 5. Así que, por ello, debemos de analizar en sesión esas situaciones para que, con precisión, podamos darle un grado.
Es importante enseñar a la persona ciertos recursos que deberá de utilizar en las distintas exposiciones. Para ello haremos uso de las técnicas de relajación y respiración, cuya técnicas deberán de ser utilizadas diariamente hasta ser capaz de controlarlas. Con dichas técnicas, pretendemos que la persona reduzca el nivel de ansiedad que le provoca exponerse a ciertas situaciones.
El momento crítico para la persona, la exposición. Siguiendo la clasificación de jerarquías, vamos a exponernos a las distintas situaciones, de menor malestar a mayor malestar, haciendo uso de las técnicas de relajación y respiración ya aprendidas y dominadas.
Si nos exponemos a una situación y sale bien, donde la persona ha sido capaz de controlarla, será importante que tras esa exposición, ponga consciencia al resultado que ha obtenido. Por ello, tras la exposición deberá de realizar mensajes a si mismo del tipo “pensaba que no iba a controlar la exposición y ha salido bien, no ha ocurrido nada, por ello, me felicito”. Las recompensas son el propio mensaje interno, aunque hay personas que usan recompensas materiales, como una cena, comprarse ropa o lo que considere más apropiado.
En el caso de que la exposición haya fracasado, el automensaje es igual de importante, por lo que deberá de utilizar mensajes del tipo “la exposición no ha salido como yo quería, pero lo he intentado y por ello, me felicito”.
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