Sesgos cognitivos: qué son y cómo nos afectan

Qué son los sesgos cognitivos

Los errores sistemáticos en el procesamiento de la información y en la interpretación se denominan sesgos cognitivos. La hipótesis de este concepto fue determinada bajo circunstancias en las que las personas no toman decisiones basándose en un análisis racional o en la lógica, sino más bien utilizando atajos heurísticos que les facilita dar respuestas más rápidas.

Esto se dio a conocer gracias a que se logró integrar y relacionar la psicología con la economía, para justamente lograr dar respuestas del comportamiento y el juicio del ser humano en situaciones de incertidumbre.
 

¿Cómo nos afectan los sesgos cognitivos? 

El prejuicio cognitivo o sesgo cognitivo surge por diferentes procesos que no siempre son fáciles de distinguir; estos incluyen motivación de tipo moral y personal, atajos mentales o la influencia social.

Existen varios tipos de sesgos cognitivos; vamos a mencionar algunos de ellos y cómo nos afectan:

• Sesgo de correspondencia: este representa la tendencia a enfocar las explicaciones excesivamente basadas en experiencias o conductas personales de otras personas.
   
• Sesgo retrospectivo: se cree que se conocen o perciben ciertos eventos del pasado como predecibles.
   
• Sesgo de autoservicio: es la tendencia que tienen las personas de buscar información y usarla para anticipar sus propios intereses.
   
• Sesgo de confirmación: es la forma de interpretar o averiguar información que confirma preconcepciones o prejuicios.
   
• Sesgo de falso consenso: se tiende a juzgar las emociones propias, valores, creencias y costumbres que están más extendidos entre otros individuos de lo que verdaderamente lo están.
   
• Sesgo de representación: es cuando se entiende y se asume que algo es más factible a partir de una premisa, que realmente no predice nada.
   
• Sesgo de memoria: este suele trastornar el contenido de las cosas o situaciones que recordamos.