Síndrome de Hubris: cuando el poder ciega

El ser humano es un ente complejo, lleno de virtudes y defectos. Uno de esos defectos es el síndrome de Hubris, una condición que afecta a personas con poder o autoridad, llevándolas a sobrevalorarse y desconectarse de la realidad que los rodea. Fenómeno poco hablado, pero presente en nuestras relaciones entre iguales.

Ha sido estudiado en diversos campos (política, empresas y sector sanitario) y puede tener consecuencias devastadoras tanto para quienes lo padecen como para aquellos a su alrededor.

El término "Hubris" proviene del antiguo griego y se traduce como "orgullo desmesurado" o "soberbia". Es una sensación excesiva de autoimportancia y una creencia errónea en la invulnerabilidad, lo que lleva a las personas afectadas a actuar de manera imprudente y arriesgada. La Hubris puede ser un desencadenante de conflictos, fracasos y situaciones de alto riesgo. 
 

¿En qué áreas se ve el síndrome de Hubris?

En el ámbito político, el síndrome de Hubris puede afectar a líderes y gobernantes, llevándolos a tomar decisiones autoritarias o impulsivas sin considerar las consecuencias para la población. La desconexión con las necesidades y preocupaciones de los ciudadanos puede dar lugar a políticas injustas y divisiones sociales.

En el ámbito empresarial, empresarios con Hubris pueden caer en la arrogancia y la sobreconfianza, llevándolos a tomar riesgos excesivos y descuidar el bienestar de sus empleados y clientes. Esto puede conducir a la ruina financiera de sus empresas y afectar negativamente a toda una comunidad.

En la en el ámbito sanitario/médico, los médicos con síndrome de Hubris pueden creer que sus conocimientos y habilidades son infalibles, lo que puede llevar a un diagnóstico y tratamiento incorrectos de sus pacientes. La falta de empatía y la negativa a considerar otras opiniones pueden poner en peligro la salud y el bienestar de las personas a su cuidado.

¿Y qué características posee la persona con síndrome de Hubris? 

Una de las características más distintivas del síndrome es la pérdida de empatía. Quienes lo padecen tienden a menospreciar o ignorar los sentimientos y necesidades de los demás, ya que se sienten superiores e inmunes a las consecuencias de sus acciones. Esto puede llevar a decisiones y acciones perjudiciales para quienes no tienen el mismo poder o estatus.

¿Y qué podemos hacer?

Es fundamental reconocer la existencia de este síndrome y estar alerta ante sus señales. La autorreflexión y la humildad son antídotos clave para combatirlo. Los políticos, empresarios y médicos deben recordar que son humanos, susceptibles a cometer errores y con responsabilidad hacia los demás.

Una forma de evitar el síndrome de Hubris es rodearse de personas que se atrevan a cuestionar sus decisiones y opiniones. Tener un equipo o círculo cercano que ofrezca diferentes perspectivas puede ayudar a mantener los pies en la tierra y evitar caer en la trampa de la arrogancia.

En conclusión, el síndrome de Hubris es un obstáculo que puede afectar a políticos, empresarios y médicos (y probablemente a más sectores) alejándolos de la realidad y conduciéndolos a tomar decisiones perjudiciales. Es crucial fomentar la humildad, la empatía y el diálogo para evitar que esta condición tome control. Recordemos siempre que el poder conlleva una gran responsabilidad, y es necesario ejercerlo con sensatez y conciencia de nuestras limitaciones como seres humanos. 

Desde Psonríe, podemos ayudarte a quien padece las consecuencias de enfrentarse a personas con síndrome de Hubris.