Lo primero que debemos entender es que una separación o divorcio no significa que la familia desaparezca, sino que ahora es una familia diferente. Lo más importante a entender es que esto afecta tanto a los padres como a los hijos...
Lo primero que debemos entender es que una separación o divorcio no significa que la familia desaparezca, sino que ahora es una familia diferente. Lo más importante a entender es que esto afecta tanto a los padres como a los hijos, quienes tendrán que adaptarse a nuevos cambios en sus rutinas. No obviemos cómo pueden afectar a los más pequeños pues ellos, al igual que los adultos, deberán adaptarse a dichas nuevas rutinas y nuevos hábitos que poco a poco irán asumiendo de una forma sana para ellos.
Por ello, es esencial reconocer que los hijos también experimentan sentimientos de tristeza, enfado, rabia, miedo y frustración debido a estos cambios. Por eso, es importante preguntarles cómo se sienten al respecto, pues en la mayoría de las ocasiones se nos olvida hacerlo. No solo sirve sentarnos y explicarles que ahora la situación cambiará… Si no que también hay que preguntarles cómo se sienten, qué piensan y de qué forma podemos ayudarles.
Así mismo, para entender dicho proceso, es necesario entender por las fases que se pasará en la separación, similares a las del propio duelo y/o pérdida.
Por lo tanto, cuando nos enfrentamos a una separación, es normal pasar por diferentes etapas emocionales:
- Shock: Al principio, podemos sentirnos vulnerables y tomar decisiones precipitadas sin pensar en las consecuencias.
- Rabia: Luego, nos damos cuenta de lo que ha sucedido y podemos sentir enfado por la situación.
- Depresión: En esta fase, podemos experimentar tristeza y desesperanza, y es importante buscar apoyo emocional.
- Aceptación: Finalmente, aceptamos que la familia ha cambiado y estamos listos para reorganizarnos y seguir adelante.
Cuando nos sintamos preparados para tener una nueva pareja, es importante establecer nuevos objetivos y no dejar que los pensamientos negativos del pasado afecten el presente y el futuro. Aprender de las experiencias pasadas nos ayudará a construir relaciones más saludables en el futuro, mejor comunicación, más compromiso afectivo, más respeto, más tolerancia…
En resumen, una separación no significa el fin de la familia, sino un nuevo comienzo. Es normal pasar por diferentes etapas emocionales, pero es importante buscar apoyo y enfocarnos en el presente y el futuro para construir una vida feliz y plena.
En Psonríe podemos ayudaros a entender dichas fases, a gestionarlas de la forma más saludable para la familia y que dicho proceso sea lo menos traumático para adultos y menores.
Queremos ayudarte a superar tus problema de pareja. Si nos aportas más información sobre tu situación podremos
entender mejor lo que pasa en tu relación: