El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno del desarrollo infantil, de caràcter neurobiológico.
Los primeros síntomas se manifiestan durante los primeros años de vida, alargándose hasta la edad adulta. Una de las características del TEA es la dificultad que presentan niños y niñas a la hora de interactuar socialmente. No procesan correctamente la información que reciben del entorno, pudiendo presentar dificultades para identificar la propias emociones y las de los demàs.
La mayoría de niños y niñas con TEA no tienen capacidad suficiente para establecer conexiones emocionales con otras personas, les cuesta pensar de manera simbólica. Su mundo interior y su manera de razonar e interpretar lo que sucede, es diferente. Pero esto no implica que no sientan alegria, tristeza o miedo. Lo perciben, lo sienten. Es importante tener en cuenta este aspecto de los niños y niñas con TEA, porque puede crear malestar y/o confusión a padres, familiares y amigos, creyendo erróneamente que no muestran empatia y/o emociones porque no quieren. Y la realidad es que lo hacen a su manera. Aceptar que niños y niñas con TEA presentan ciertas dificultades en identificar emociones, tanto propias como ajenas, es el primer paso para ayudarlos en la gestión de su rabia, tristeza o miedo.
Niños y niñas con TEA suelen ser bastante visuales. A través de imágenes pueden acceder con más facilidad a la información que les rodea. Un buen ejercicio de gestión emocional puede ser la identificación de la emoción a través de pictogramas faciales, poniendo especial interés en la posición de los ojos, cejas y labios de esa imagen en concreto. Así podemos explicar paso a paso cada emoción y asociarla a una imagen facial determinada.
No podemos entenderlos al 100% pero podemos intentarlo. Si necesitas saber más sobre este tema, contacta conmigo a través de Psonríe.
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