Tu presente está en interacción con múltiples estímulos externos e internos, vivimos e interpretamos la vida en relación con ellos, pero a veces nos desconectamos, lo que nos lleva a la apatía y sensaciones de malestar, aburrimiento, sensación de no encontrar placer en lo que hacemos e incluso pérdida de sentido de la vida. En este artículo voy a explicarte 5 tips para combatir la apatía, estimulando tus sentidos y potenciando su uso, para que puedas conectar contigo, con tu cuerpo, con tu entorno y la vida de forma más gratificante.
Para vivir de forma plena y consciente necesitamos atender a lo que nuestros sentidos nos pueden ofrecer. Debemos tener claro que, a veces, alguno de estos sentidos puede verse mermado (tanto de forma circunstancial como permanente), pero que esto no nos impide sentir ni hace que la experiencia sea más pobre. Nuestras conexiones neuronales son tan sabias que encuentran el modo de afinar otros sentidos para completar la experiencia. También, debemos tener claro que cada persona tiene una sensibilidad distinta y que cuanto más entrenada está la capacidad de sentirse, de llevarnos a la introspección, de conectarnos con lo que nos sucede, más rica es la experiencia y más amplia nuestra conciencia de matices que percibimos y procesamos.
Así que tómate un tiempo para explorar qué sientes, ves, oyes, hueles, desde la plena curiosidad. Podrás observar cosas que desde el automatismo pasan desapercibidas, perdemos y no valoramos. No se trata de buscar una sensación en particular. De que, al ver, oír, oler, etc. Sintamos placer o felicidad, solo deja que pase y sé consciente de que eso está sucediendo. Estar a la expectativa de vivir una experiencia en particular nos bloqueará la experiencia y volveremos al discurso del no sentir. Solo permítete estar y observar lo que sí es real. Tu cuerpo entiende y agradece, y este mensaje acaba llegando, entendiendo que el sentido de la vida realmente está ahí, en estar y sentir.
Vamos con los 5 ejercicios que te recomiendo practicar a diario:
Realizar estos simples ejercicios te sitúan en el momento presente, más allá de lo que realmente de hagan sentir y pensar, el hecho es que estás sintiendo. Dejar que tus sentidos interactúen con la naturaleza y por un rato se evadan del ritmo frenético del día a día va a permitirte observar que lo importante va más allá de las pantallas, de los sabores, olores y sonidos artificiales, de las sensaciones de confort que sentimos por los climatizadores y mobiliario.
Estos ejercicios te invitan a tener mayor conocimiento, confianza, apertura y calma, tan solo devolviéndoles su función y sentido, permitiéndote acceder a más información.
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