Es normal y muy frecuente durante la etapa de adolescencia tener enfrentamientos, polémicas y discusiones en el ámbito familiar, pero también hay familias donde estas disputas se salen de control y llegan al punto de la agresividad. Comúnmente estos son aspectos y situaciones que se ocultan ante la sociedad y el entorno familiar, pasando largos periodos de tiempo para que salgan a la luz pública.
Generalmente, los padres presentan sentimientos de responsabilidad por el comportamiento de sus hijos y frustración por su educación, el cual los desorienta en cuanto a que deben hacer ante esta situación y a quien recurrir para obtener ayuda. Este desconocimiento puede proporcionar mucho estrés y agudizar la tensión y el miedo en la familia ante esta situación.
La adolescencia es una etapa donde se atraviesan muchos cambios y comportamientos, en la mayoría de los casos son un dispositivo de defensa donde se hace presente la frustración y no se sabe cómo batallar con esto. Esta etapa de la adolescencia es el fin de la etapa de niñez donde el cuerpo físico se transforma, pero aun con un cerebro inmaduro y las hormonas del desarrollo en niveles extremos, la agresividad se presenta como una consecuencia de esta etapa en sí, generada por la inestabilidad emocional y la influencia social e interpersonal.
Un adolescente expuesto a situaciones de estrés, por rechazo, puede desencadenar conductas agresivas como dispositivo de defensa. Ante padres muy rígidos o autoritarios, la agresión verbal y física está a la orden del día lo que genera conductas agresivas.
En el caso contrario, de padres afectuosos e incondicionales, sin ningún tipo de límites se fomenta el crecimiento e independencia del adolescente y se promueven altas expectativas orientadas al éxito, pero si la realidad no corresponde con la ilusión, desaparece la confianza para lograr sus metas y en consecuencia la agresividad aparece.
Esta situación puede ocasionar un alejamiento entre los padres e hijos, ocasionando que el adolescente se enfoque en otras actividades y demostrando su oposición a través de la rabia. Por otro lado, las niñas adolescentes exponen su rabia en estas situaciones presentando trastornos alimenticios o comportamientos libertinos. En estos casos tanto los varones como las hembras fracasan en sus estudios, lesionan sus cuerpos y seleccionan amigos inapropiados.
Entre las posibles causas o factores que pueden ocasionar conductas agresivas en los adolescentes se puede mencionar:
En este tipo de situaciones se puede utilizar la terapia conductual para determinar las consecuencias de ciertos comportamientos negativos y positivos, así como el manejo de habilidades sociales y comunicacionales.
También se pueden utilizar las terapias grupales de adolescentes para ejercitar las habilidades sociales y de enfrentamiento de situaciones estresantes, indicando a los adolescentes que no está solo y que hay otras personas pasando por lo que él vive consiguiendo mucho apoyo a nivel grupal.
Si es necesaria medicación, lo mejor es que sea en un corto periodo de tiempo y solo para el control de algunos síntomas específicos, de igual manera esta dependerá del diagnóstico personal y del nivel de agresividad.
Los padres pueden ayudar a su hijo adolescente con problemas de agresividad de la siguiente manera:
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