La ira se refiere a una emoción psicológica que radica en sentimientos intensos que varían desde una irritación leve o disgusto hasta una rabia incontrolable o furia donde hay una activación de procesos neuroendocrinos y agitación del sistema autónomo.
El comportamiento agresivo es una de las conductas más frecuentes en los niños. Cuando un niño tiene ira es violento y presenta las siguientes características:
Cuando un bebe niño o niña manifiesta rabia lo hacen de manera similar, sin embargo en el caso de las niñas pueden manifestar conductas agresivas indirectas y generalmente utilizan la agresión del tipo social contra sí mismas y son muy agresivas al hablar mal de otra persona o apartar a sus compañeros. En el caso de los varones sus conductas agresivas directas tienden a utilizar la agresión física.
Es importante que los padres tengan una relación estrecha y muy cercana con los niños desde temprana edad, con el fin de establecer lazos afectivos sólidos que aseguren y hagan posible la difusión de valores de socialización en la primera fase de la vida del bebe que es la más abierta para el aprendizaje de hábitos y valores, que encaminan cualquier orientación egoísta en la que se fundamentan las conductas agresivas.
Además, es esencial que desde el seno familiar se establezca la comunicación individual y afectiva que propicie la generosidad, la autoestima y la empatía, que son los principales valores para apartar la agresión y la ira. El respeto y las relaciones afectuosas en el seno familiar son fundamentales para consolidar las emociones de protección contra la violencia para los niños, con normas claras y cumplimiento de las mismas. Asimismo, es imperativo el apoyo social a las familias que reúnan factores de riesgo para mejorar hábitos de crianza y convivencia que eviten los problemas en el seno familiar.
Otro aspecto a considerar es que el bajo rendimiento escolar es una fuente inicial de episodios de violencia. Por ello su prevención y detección temprana por parte de los padres a través de la atención de las actividades escolares es uno de los aspectos principales para evitar la violencia.
Los factores que predisponen al niño a episodios anormales con su entorno son:
Generalmente, la agresividad surge y se consolida en el intercambio continuo del niño con su ambiente inmediato, es decir, de acuerdo con el proceso de crianza que observa y aprende de sus padres o cuidadores cuando un niño es impulsivo y no tiene control de sus emociones se expone generalmente a castigo físico y restricciones.
Para los padres es importante que existan orientaciones preventivas y terapéuticas en el aspecto de las medidas disciplinarias para mitigar la aparición de agresividad en el núcleo familiar. Adicionalmente, es recomendable combinar el tratamiento de los niños para la resolución de conflictos y aprendizaje de valores y de los padres en resolución de conflictos con los niños de manera eficaz incluyendo entrenamiento para suministrar principios de la conducta cuando se aplican medidas disciplinarias a los niños.
El manejo de la ira es uno de los problemas más frecuente en las consultas psicológicas y en mayor proporción en la población masculina a muy temprana edad.
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