Las personas dependientes emocionales suelen ser elegir a una pareja narcisista ya qué, para ellos son la base de seguridad y confianza buscando conseguir un nivel de autoestima desde una fuente externa a ellos. Suelen estar dispuestos al otro por miedo de perder a esa persona idealizada y completa. Mientras que, el narcisista busca al dependiente para sentir que tiene una autoestima alto logrando una relación codependiente para conseguir su provisión energética. Por ende, ambos son complementarios para lograr llenar su vacío emocional no trabajado, vacío que en ambos se reflejan por la falta de autoconciencia y codependencia estableciendo una relación tóxica entre la culpa, victimización y humillación.
Para aclarar, El ser humano presenta desde su infancia un desarrollo de personalidad, carácter y temperamento, debido a ello se construye su integridad y su relación con los demás, esta relación se basa en apegos que se forman de acuerdo a su crianza, para ello recordemos, existen cuatro tipos de apegos:
La personalidad dependiente emocional funciona desde un apego ansioso, apego que se genera por la falta de autoestima, identidad propia, y búsqueda de aceptación. Suelen presentar culpabilidad en diferentes contextos, son conscientes frente al daño que pueden realizar, por ende, suelen satisfacer al otro así no sea beneficioso para él.
La personalidad narcisista funciona desde el apego evitativo, este se crea por la falta de seguridad, suelen tener miedo al rechazo y al no ser suficientes, presentan baja autoestima y poca validación emocional, sin embargo, desarrollan un falso yo, adquiriendo tener una falsa máscara de autoestima y niveles de grandeza.
En el presente, se ha escuchado en diferentes contextos que la relación con una persona que presenta personalidad narcisista suele ser una relación tóxica marcada por el abuso y la negligencia emocional, cayendo así en él toda la “culpabilidad” de la situación. Sin embargo, desde la objetividad de la situación la responsabilidad es de cada ser humano.
Una relación sana se construye desde la sanación y el trabajo psicológico de las heridas que yacen en cada uno de nosotros, sin depositar nuestros comportamientos, situaciones o experiencias en el otro. Si cada persona se responsabiliza de ello, la relación girará en una forma de compartir genuina, marcada en la aceptación individual, validación emocional y comunicación asertiva.
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En los tiempos de la dismorfia corporalSuscríbete a las Noticias de Psonríe
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