Para nadie es un secreto que en la actualidad los estándares de belleza han sido idealizados, y esto se da debido al ambiente social en que nos encontramos inmersos, entornos cómo las marcas, modelos, prototipos, reinados, y redes sociales modifican el estado emocional de cada persona llegando así a que la inconformidad personal aumente y el deseo de figuras o cuerpos deseables y perfectos sean la meta y la aspiración central de la sociedad.
Desde pequeños crecemos con seguridad, seguridad que permanece hasta que nos exponemos en el mundo real y social. Solíamos tener la panza sin cubrir, correr en las gradas, ensuciar nuestros pies, manos y cara, tener nuestro cabello suelto y sin arreglar, viviendo una infancia con libertad y tranquilidad. Pero, cuando crecemos y nos confrontamos con la adolescencia todo cambia. Escuchaste en algún momento una crítica destructiva sobre tu apariencia física y comienzas a cuestionarte que pasaría si esta imperfección no existiera. Te cuestionan sobre tu estatura, peso, morfología, cabello, personalidad, comenzando a perder confianza y autoestima a través de la inseguridad que se presenta.
La dismorfia corporal hace parte de estos eventos generados a lo largo de nuestra vida, manifestándose, así como un trastorno que se enfoca directamente en la apariencia física, y la búsqueda de perfección, alcanzando percibir los defectos visibles para la persona, de tal manera que la preocupación causa un malestar clínicamente significativo afectando no solamente la parte personal, sino social, laboral, emocional y psicológica. La dismorfia corporal suele aparecer en la adolescencia y su mayor preocupación es la burla social, y la búsqueda de aceptación constante en donde verifican y corroboran su apariencia.
Preocupación alta por cualquier parte del cuerpo que consideran como un defecto percibido por los demás o por la persona.
Entre las características más comunes de la dismorfia corporal son: el tamaño y tono muscular, genitales, apariencia de la piel, rostro acné, tamaño de la nariz, labios, ojos, frente, etc.), cabello, tamaño de las mamas.
Es importante tener en cuenta que si la dismorfia corporal aumenta pueden ocurrir ciertas complicaciones, estas pueden provocar: Aislamiento social, depresión u otros trastornos del estado de ánimo, baja autoestima, pensamientos o conductas suicidas, trastorno obsesivo-compulsivo, trastornos de alimentación, abuso de sustancias psicoactivas y problemas de salud física.
Si estás presentando la dismorfia corporal, busca ayuda profesional en la salud mental, este es necesario para lograr un bienestar emocional, psicológico y físico, recuerda que en Psonríe tenemos excelentes profesionales que te pueden brindar herramientas y estrategias de afrontamiento a esta situación.
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