Los pensamientos ansiosos Generalmente forman parte común del ser humano, es algo que no podemos eliminar completamente, pero si podemos aprender a dominarlos. El pensamiento ansioso se genera por hacia el futuro para tratar de prevenir o evitar algún tipo de problema. La situación es que la mayoría de las veces, cuando nos vienen esos pensamientos ansiosos, no necesariamente nos sirven para prever el problema, sí no quedamos atascados en esos pensamientos, los alimentamos o lo llevamos al extremo irreal. Todo lo que sentimos y la forma en cómo nos comportamos va a depender principalmente de nuestros pensamientos. Es por eso que la ansiedad genera una alteración en nuestro comportamiento diario y a su vez, desarrollará mayor ansiedad. Como un círculo vicioso.
Intentar modificar o reestructurar nuestros pensamientos ansiosos, al principio puede ser un poco complicado, pero no imposible. Debido a que nuestra forma de pensar, creencias, y pensamientos ansiosos, se han mantenido programados en nuestros cerebros por muchos años y es por eso que al hacer la modificación o cambio puede hacer un poco difícil. Lo importante es ser constantes e identificar desde el primer momento los pensamientos ansiosos comunes que estamos teniendo.
A continuación, te explico los pensamientos o las categorías de pensamientos ansiosos más comunes y cómo modificarlos:
Exagerar lo negativo: Creemos que las cosas terminarán mucho peor de lo que verdaderamente son. Por ejemplo, “terminaré para siempre sola si no consigo a una pareja pronto”.
Autopesimismo: Son lanzamientos o creencias negativas acerca de nosotros mismos. P. ej.: “no sirvo para nada”, “no voy a poder lograrlo”, “soy una mala pareja”.
Sobregeneralizacion: A raíz de un hecho aislado, creemos que debe volver a ocurrir de esa forma o por las falsas creencias de que ese hecho será una regla siempre. P. ej.: “cuando vaya manejando por la autopista voy a tener un ataque de pánico.”
La forma correcta, cómo debes aprender poco a poco a controlar estos pensamientos ansiosos, es primero cuestionar la creencia, es decir, hacerte la pregunta: ¿Estoy completamente convencido de que esto va a suceder? ¿Tengo todas las pruebas y argumentos reales y tangibles de que esto realmente sea cierto? Ante cada pensamiento ansioso aprende a cuestionarlo, no te lo creas inmediatamente. Consigue un pensamiento sustituto opuesto al pensamiento ansioso y cámbialo rápidamente en tu mente cada vez que aparezcan esos pensamientos.
Busca ayuda de un profesional de la salud mental para trabajar esto y recibir más herramientas sobre el manejo de tus pensamientos ansiosos.
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