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Es bien sabido que la etapa del desarrollo de la adolescencia hay factores y situaciones de riesgo para la salud, tanto físico como psicológico. Uno de estos son los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), trastornos que cada vez son más significativos dentro de la población joven y que es adecuado tener suficiente información para su prevención.
Los seres humanos forman parte de una cultura que modifica sus valores y sus respectivas conductas. Durante muchos siglos, el estereotipo del cuerpo ha sido uno de los factores más significativos en las personas y hoy en día sigue teniendo un peso importante. Antiguamente, las personas con volumen eran consideradas como personas con salud y riqueza, siendo las personas delgadas consideradas como enfermas y estatus sociales y económicos inferiores. Actualmente, la situación ha cambiado: tener una constitución delgada y andrógina es sinónimo de éxito laboral, autoestima, perfección, éxito social y personal. Por esto, muchos jóvenes y también adultos dirigen sus metas hacia la modificación corporal con tal de conseguir los estatus sociales deseados influidos por factores psicológicos, biológicos y sociales.
Cuando los jóvenes buscan este tipo de estereotipos físicos, sin un control médico ni dietético, es cuando llegan los trastornos alimentarios, como la bulimia y/o la anorexia.
Por otra parte, no podemos obviar la importancia de los medios de comunicación y la difusión de las diferentes marcas de moda y alimentación, estos dos últimos en auge por medio de las diferentes redes sociales de moda. La industria alimentaria realiza una fuerte presión sobre las conductas de alimentación interpretando como vida sana a dietas hipocalóricas.
Es importante mencionar que la anorexia y la bulimia establecen patrones de factores de riesgo que son necesarios conocer. En el caso de la anorexia, siendo el trastorno más estudiado, los factores que pueden intervenir son la edad, el sexo femenino, menarquía con IMC bajo, la familia, la cultura, la adolescencia y la pubertad, así como factores que predisponen genéticamente, problemas físicos, depresión, personalidad, aptitudes familiares, dietas estrictas, factores precipitantes como pérdidas familiares, problemas de madurez sexual, aumento de peso, actividad física con gran exigencia y factores de mantenimiento como son la inanición, crisis familiares, pensamientos refractarios dentro de estos.
Como riesgo debemos de tener en cuenta que una mala nutrición puede provocar bradicardia, hipotensión, edemas, piel seca, temperatura baja y deshidratación, disminución de los niveles de potasio, afecciones respiratorias, alteraciones neuropsicológicas. También puede presentar estreñimiento, náuseas, vómitos, inapetencia, lesiones en la dentadura, hipertrofia en las glándulas parótidas, dolor bucal, hipercolesterolemia, piel amarilla por hipercarotinemia, complicaciones renales, anemia, perdida de la menstruación, infertilidad y la muerte.
En conclusión, una prevención adecuada en problemas alimentarios y los diferentes trastornos consiste en obtener una información suficiente y adecuada del problema, los factores que influye y el riesgo que conlleva.
Queremos ayudarte a superar tus conductas adictivas. Si nos aportas más información sobre tu situación podremos entender mejor lo que pasa en tu relación:
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