Para los padres es muy importante estar atentos al desarrollo de los hijos, para poder detectar de manera temprana cualquier problema que este pueda presentar referente al aprendizaje, por ejemplo la disgrafía. En este caso la simple observación del progreso del niño en los primeros años de la etapa escolar para tratarla y evitar daños mayores marca la diferencia.
Como es bien sabido, el aprendizaje de un niño comienza con la lectura y escritura, en este sentido, se hace mucho más fácil detectar si el niño presenta problemas de disgrafía a temprana edad.
La disgrafía no es más que el problema que presenta un niño para escribir y que aparece desde el comienzo de la etapa de aprendizaje. Su causa puede ser neurológica o funcional relacionada con la psicomotricidad. Lo importante es detectarla a tiempo para aplicar el tratamiento adecuado.
Cuando los niños aprenden a escribir, es lógico que se confundan en algunas letras, que no las hagan todas del mismo tamaño, que escriban despacito o que se salgan de los renglones para escribir. Pero si el problema persiste y va acompañado de otros síntomas puede tratarse de disgrafía.
Reconocer la disgrafía en un niño es muy sencillo. Este tipo de trastorno se puede identificar en los niños de acuerdo a las siguientes características:
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