¿Cómo potenciar la inteligencia emocional?

Inteligencia emocional: ¿qué es? 

En las últimas décadas, la psicología ha tomado un nuevo rumbo, donde hay que entender que la inteligencia emocional es un concepto clave para ello. Este es un modelo basado principalmente en los trastornos mentales, y, por otra parte, por la capacidad de razonamiento.

La inteligencia emocional es un medio que permite comprender la forma en la que podemos fluir de una manera inteligente y de un modo adaptativo, sobre nuestras emociones y las interpretaciones de ella sobre nosotros y sobre otras personas. Esta parte de la psicología humana es de gran importancia en las estrategias para adaptarse a nuestro medio ambiente y la forma en la que socializamos.

¿Cómo potenciar la inteligencia emocional?

En estudios realizados de la inteligencia emocional, su objetivo fundamental era corroborar si con un determinado programa se lograría mejorar la inteligencia emocional en un grupo de personas voluntarias, tomando comparación con otro grupo de personas que no se les dio ningún entrenamiento. Los resultados demostraron un marcado aumento a medio y a corto plazo.

En este programa se impartieron una serie de clases teóricas con actividades y ejercicios, les mencionaremos las diez principales lecciones para aprovechar y desarrollar una saludable inteligencia emocional:

1.- Ampliar vocabulario emocional.

Existen 4 emociones fundamentales, a partir de ellas se fomentan las demás, enojo, alegría, miedo y tristeza. Si intentamos detectar nuestras emociones, no es suficiente decir, está bien, he identificado mi emoción y es el enojo, las emociones se deben reconocer lo más específico posible. 

Debemos ser concretos al detectar nuestras emociones, ponerle un nombre ayudará a comprender lo que estamos sintiendo, si decimos “estoy triste” cuando realmente las palabras que podrían describir nuestro sentimiento sería melancolía, decepción, etc. 

2.- Control de pensamientos para control del comportamiento.

Cuando vivimos experiencias llenas de emociones podemos perder el control sin ser dueños de nuestros actos, en esta situación tendremos la razón en una parte. Las emociones dan como resultado los sentimientos, la emoción no se puede evitar totalmente, pero sí se puede modificar el pensamiento al respecto.

Prestemos atención cuando se nos presente una emoción, notaremos que de forma inmediata nos invadirá un pensamiento.

En una próxima ocasión que sientas alguna emoción, presta la debida atención, porque significa que en breve te va a invadir un pensamiento. Decide entonces qué pensamiento quieres tener y cómo debes comportarte. También podemos apoyarnos en algunas tácticas de emergencia para ayudarnos:

• Evitar bebidas con cafeína.
• Refresca la cara con agua si estás ansioso o nervioso.
• Duerme lo suficiente.
• Practicar ejercicio.

3.- No juzgar la manera en como nos sentimos.

Recibimos información sobre lo que nos ocurre, a través de la función de una emoción. Si no sintiéramos estas emociones, andaríamos a ciegas por la vida y sin saber cómo reaccionar.

Las emociones debemos saber entenderlas para obtener toda la información necesaria para reaccionar a un reto. Las emociones negativas, por ejemplo, nos previenen, no luchemos contra ellas. Así nos sucede con las otras emociones, con el enfado, nos sentimos vulnerables a nuestras necesidades o derechos. Con la tristeza sentimos la pérdida de algo de valor, esto nos lleva a superar la ausencia. 

Las emociones no se deben ver como algo malo o bueno, más bien como un recurso de información que nos ayudará a tener más conciencia de cómo actuamos.

4.- Identifica la emoción que existe tras cada acto.

Las emociones negativas que experimentamos en alguna ocasión de nuestras vidas nos enseñan a aislarnos de estas emociones para protegernos. Muchas personas viven aisladas de sus emociones. No podemos eliminar las emociones, pero debemos tener la capacidad de entender cómo influyen en nuestra vida y a conectar con ellas. 

5.- No engañarse con las experiencias emocionales.

Las emociones pueden desencadenar otras emociones, y esto nos hace pensar que estamos sintiendo una emoción secundaria. 

6.- Expresar las emociones de manera asertiva.

Cuando hemos aprendido a identificar y llamar correctamente a nuestras emociones, lo siguiente será aprender a expresarlas mediante la asertividad y sin efectos adversos.

7.- Descubre de tu lenguaje corporal el mensaje oculto.

Fijémonos en nuestro lenguaje corporal, esto nos aportará muchos datos de lo que está ocurriendo en nuestro interior, así se pueden identificar las emociones. 

Las emociones ocasionan presencias fisiológicas automáticas, como enrojecimiento cuando existe enojo o una presión del pecho cuando se está triste. Si logramos detectar los patrones de las sensaciones físicas que se siente cuando se hacen presentes ciertas emociones, nos convertiremos en todos unos maestros emocionales.

8.- Búsqueda del por qué.

Muchas personas cometen el error de juzgar a otros al observar una reacción, juzgan netamente esa reacción, cuando detrás de esto existe alguna situación más allá. Pensemos detrás de cada reacción que sentimientos existen. Buscar las respuestas a las reacciones nos demostrará como entender a las personas, de esta manera, entenderemos que las personas reaccionan por alguna acción.

9.- Conductas prácticas.

Hay que aprender a centrarse en una cosa a la vez, no se puede aprender todo a la vez, hacerlo de una forma sencilla para saber qué hacer y cuándo. 

10.- Tener un diario emocional.

Una manera muy sencilla, práctica y eficaz para lograr mejoras en nuestra inteligencia emocional es anotar en una agenda nuestros sentimientos a diario. Se demostró que escribir en una agenda las emociones, generan un escáner en el cerebro, reduciendo la actividad de la amígdala, quien es responsable de la intensidad emocional.

¿Tengo inteligencia emocional?

Si desea descubrir si tiene inteligencia emocional, verifique en el siguiente listado los 4 signos que le demuestran su adecuada inteligencia emocional (IE):

1.- Pensar en las reacciones.

En ciertas circunstancias o argumentos que puedan definir algún tipo de discusión, la inteligencia emocional puede hacer la diferencia ante las distintas reacciones, tomando en cuenta que lo malo sería dejarse llevar por el enojo y donde la buena sería no tomarse las reacciones de otros como algo personal.

2.- Ver como un desafío las situaciones.

Tomando en cuenta la capacidad que tengamos para admitir nuestras emociones negativas y ver las cosas que tienen dificultad como  un reto de vida, es un indicativo de tener una inteligencia emocional alta. Las personas con trastorno de depresión severa, tienen a mostrarse con problemas para manejar, controlar y entender sus emociones.

3.- Modificar emociones.

Algunas veces las emociones negativas nos roban lo mejor de nosotros, siendo una persona con una inteligencia emocional óptima, es posible que tengas la destreza y habilidades necesarias para controlar la situación. Una persona emocionalmente inteligente conoce cómo manejar los impulsos de sus emociones.

4.- Estar en la posición de otros.

Ponernos en el lugar de otros denota la habilidad que se tiene para entender más allá de su vida personal, esto es sin duda una señal de que se tiene una inteligencia emocional de un nivel elevado. 

Si luego de esta lectura descubrimos que tenemos una inteligencia emocional baja, no debe ser de alarma o preocupación, pues la inteligencia emocional es una competencia cognitiva que se puede mejorar trabajando. 

Para esto existe el entrenamiento en inteligencia emocional, que permite una gestión de las emociones con una franca mejora de la comunicación.