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Un aspecto relevante y notorio en nuestro lenguaje corporal es determinado por la ansiedad, nos hace reflejar un estrés corporal, una actitud rígida en el cuerpo y en el rostro, así como en nuestros movimientos repetitivos, en la mirada, en las manos y en los movimientos compulsivos.
Nuevamente debemos hacerle frente a la ansiedad, una trastorno que cada vez se hace más frecuente. En este artículo abordaremos cómo actúa nuestro cuerpo ante la ansiedad, cómo sabemos si un individuo, o nosotros mismos, evidencia signos de ansiedad por su lenguaje corporal
El ser humano refleja todas sus emociones y sentimientos, de una forma u otra, la expresamos en la postura, en la mímica, etc. Es por esto, que hablamos de como se refleja en nuestro lenguaje corporal la ansiedad, pero también se refleja un lenguaje corporal como consecuencia de la depresión, de la tristeza, de la alegría, del miedo, etc.
Estos reflejos a través de nuestro lenguaje son interacciones por el cual nuestro cuerpo se comunica con otras personas. Podemos demostrar en el lenguaje corporal, tensión, espontaneidad, desinterés o algún otro tipo de emoción. Lo que comunicamos con nuestras palabras representa una parte de la comunicación, por otro lado, poseemos la capacidad de comunicar con un lenguaje corporal.
Existen muchos elementos que demuestran nuestro estado de inquietud, nerviosismo, y todos ellos son elementos que conforman el lenguaje corporal a través de la ansiedad. Estos signos están relacionados con un lenguaje del rostro, la postura del cuerpo y al movimiento de nuestras extremidades. Veamos algunos de los que refleja nuestro lenguaje corporal la ansiedad:
La mirada
Es un rasgo que continuamente revela nuestro estado de ánimo. Cuando un individuo sufre de ansiedad su cuerpo y su rostro, por lo general, demuestran un poco de rigidez. La persona refleja, usualmente, un ¨entrecejo fruncido¨ causando reacción en otras personas que podrían pensar y creer que nos preocupa algo o que estamos de mal humor, es muy habitual que una persona con ansiedad presente este estado. Esta manifestación o reflejo, puede confundir la percepción de ciertas personas y creer que se debe a que somos personas serias.
Algunas personas suelen tener un gesto en su mirada, muy particular de angustia. Esto está relacionado a una combinación de la mirada fija con pequeños destellos de tiempo en el cual se suele cerrar un poco los ojos y bajar la mirada. De estos rasgos pueden presentarse más uno que otro, pero son representantes de una persona que padece de una ansiedad alta.
Recordemos que en la ansiedad existen sentimientos de una angustia constante, pero que a su vez es indefinido, también produce sentimientos de intolerancia e irritación generalizada dentro de su entorno. Ciertamente una mirada fija denota cierto tipo de agresividad y en combinación con una mirada baja es síntoma de introspección
Las manos y los pies
Los síntomas de la ansiedad causa ciertos movimientos repetitivos en las manos y en los pies. La persona con ansiedad suele tener movimientos con los pies frecuentemente mientras está sentada, frotarse las manos, tocarse el cabello, morderse los labios tocarse la cara, unir las manos en busca de algún tipo de alivio a su inquietud.
Uno de los reflejos más frecuentes en nuestro lenguaje corporal a la ansiedad son las manos. Un gesto que suele poner en evidencia una inquietud interior es el de esconder las manos. Hace años atrás, mantener las manos a la vista solía ser un gesto de paz, de amistad y de concordia.
Este hecho daba a entender que la persona no tenía nada que esconder y que no lleva intención de dañar a terceros. Cuando una persona tiene las manos escondidas en los bolsillos, mientras sostiene conversación con otra persona, seguramente no querrá demostrar vulnerabilidad, ya que lo mas seguro es que sienta desconfianza hacia los demás. Es decir, sentimos miedo.
En situaciones más graves, la ansiedad se puede producir por un ¨Trastorno Obsesivo Compulsivo¨, un ejemplo simple, cuando una persona lava sus manos constantemente.
Las piernas
El movimiento repetitivo, continuos y compulsivos, hace que una persona que sufre de ansiedad no se esté quieto, esto lo podemos ver reflejado en las piernas, solemos cruzar las piernas y moverlas sin dejarlas quietas un instante. En otras ocasiones es un tic, dar pequeños golpes con los pies como consecuencia del movimiento de las piernas. Todo esto demuestra nerviosismo e inquietud.
En el Tronco
A los movimientos impulsivos de nuestras manos y pies, se le suma la rigidez del tronco. Nuestros hombros suelen encogerse y se ven como que se van hacia adelante del cuerpo, esto frecuentemente causa una gran rigidez y tensión muscular en la zona de la espalda, la cual se traduce en contracturas.
Al caminar
La ansiedad se refleja en nuestro lenguaje corporal al caminar, disminuyendo la seguridad en uno mismo y limitando el caminar haciéndonos ver muy inseguros. El caminar se ve dudoso y los pasos con menos firmeza.
Los brazos
La ansiedad se puede reflejar como miedo, y se puede descubrir manteniendo los brazos cruzados, así como en una especie de abrazo a uno mismo, esto puede suceder estando acompañados por otras personas o estando solos. Con frecuencia cruzamos los brazos, nos sostenemos un brazo con una mano demostrando que necesitamos protegernos ante nuestro miedo.
Para saber si alguna persona de nuestro entorno sufre o está iniciando el trastorno de la ansiedad, debemos fijarnos en su lenguaje corporal, actuemos lo antes posible no dejemos que la ansiedad domine nuestra vida.
Aunque no lo creamos, la ansiedad es un trastorno particular, el cual fácilmente puede ser contagiada, sobre todo si estamos en contacto con personas en estrés o tensión. Es por esto, que se refleja en nuestro lenguaje corporal la ansiedad, siendo algo más anecdótico. Estos reflejos muestran que tenemos inquietudes que solucionar. Estos reflejos podrían estar perjudicando la comunicación con otras personas.
La ansiedad se refleja en nuestro lenguaje corporal, la ansiedad de nota, no solo son síntomas físicos como sudoración, taquicardia, dificultad para respirar o mareos. Con regularidad se nota en reflejos físicos como inseguridad, sensación de incapacidad, también se nota de una manera externa al cuerpo en los gestos.
¨Tu lenguaje corporal es la evidencia de la ansiedad¨
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