El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), se trata de una alteración hereditaria, que a medida que el ser humano se hace adulto, se intensifica
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), se trata de una alteración hereditaria, que a medida que el ser humano se hace adulto, se intensifica y tiende a ser confundida con la desmemoria senil. Cada organismo es diferente y por eso afecta a unos más que otros. Las estadísticas indican que el nivel de afectación de este trastorno en niños es de un 5%; pero al crecer y llegar a la vida de adultos, entre el 50% y el 70% seguirán con este padecimiento.
Las manifestaciones clínicas de esta enfermedad, se presentan en pacientes con despistajes inquietantes, que se pueden atribuir a otras afecciones. Debido a lo indicado anteriormente, los diagnósticos no se realizan tempranamente, y al final concluyen que se trata de un TDAH. Las manifestaciones o síntomas frecuentes pueden ser:
Cuando las personas se muestran distraídas y ausentes.
Cuando se les olvidan donde dejaron sus cosas(llaves, prendas de vestir, medicamentos, etc.).
Cuando tienen inconvenientes para estructurar sus compromisos y actividades.
Cuando se les hace difícil concentrarse.
El Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), es de origen genético y el defecto se inicia, cuando la molécula que transmite los datos de una neurona a otra, no puede ejecutar su función correctamente. En consecuencia, resulta afectada una parte de la corteza cerebral que se encarga de la abstracción humana. A continuación se presentan dos formas de tratar el TDAH, estas son:
Psicológicamente, mediante tratamiento cognitivo-conductual, prácticas con dinámicas sociales, para tratar las huellas que dejan estos trastornos, en los pacientes que se aíslan y posteriormente requieren ser reinsertados en la sociedad.
Farmacológicamente, con la prescripción de psicoestimulantes o no psicoestimulantes.
Diferencias del TDAH en niños y en adultos
Es común escuchar en las consultas psicológicas la palabra TDAH, este término es usado para referirse al padecimiento que sufren algunos niños debido a la falta de concentración y de una gran intranquilidad motora. No obstante, los estudios han demostrado que los adultos también lo pueden padecer.
A continuación te presentamos un contenido informativo, con las diferencias presentes entre un TDAH de niños y un TDAH de adultos. Esto te permitirá tomar acciones y solicitar la ayuda de profesionales de la psicología y lograr el diagnóstico y las terapias adecuadas.
El TDAH en los niños se presenta en edad escolar en un rango que va desde los 6 hasta los 12 años.
El TDAH en los adultos, se presenta también en la niñez; pero podrían haber pasado desapercibidos, debido a la moderación en el hogar de sus padres, o la inteligencia y contención en la escuela por parte de los docentes. Estas características retrasaron la aparición de los síntomas hasta llegar a la edad adulta. Estudios demuestran que la aparición del TDAH en adultos comprende edades entre los 18 y 44 años.
Los niños con TDAH, suelen llegar a la adolescencia con grandes problemas para socializar, pues suelen ser exagerados con actuaciones indebidas, debido a que no se inhiben ante nada.
Los adultos con TDAH tienen dificultades para adaptarse al medio social debido a su falta de focalización o de mantener la atención, utilizan una elevada entonación de voz y hablan excesivamente.
Los niños con TDAH tienen dificultad para mantenerse quietos, se retuercen y no pueden estar sentados, en clases.
A los adultos con TDAH, se les dificulta permanecer quietos en reuniones.
La comorbilidad en niños con TDAH, asociada con la ansiedad, se presenta con menos impulsividad o arrebatos; pero con más dificultad para aprender a causa de la falta de atención. Los estudios indican que estos trastornos son más frecuentes en niños y adolescentes.
La comorbilidad en adultos con TDAH, asociada con el consumo de alcohol, se presenta con trastornos neuróticos, depresiones leves y habitualmente confusiones. La ingesta de alcohol en adultos con TDAH, que están siendo medicados con ansiolíticos, produce una sobredosis de toxinas en el cerebro y en consecuencia pueden sufrir un grave problema cardíaco.
Los niños con TDAH que tienen problemas con los lapsos de tiempo, pueden pasar horas frente a un ordenador o pc, sin percatarse de las horas transcurridas, por ello requieren ser controlados por sus padres.
Los adultos con TDAH, pueden obtener ayuda para manejar su tiempo llevando planificadores tecnológicos de agendas.
Los adultos con TDAH agrandan sus problemas u obstáculos, debido a que se sienten torpes e incompetentes, aunque tengan otros dones. Para ellos tomar una decisión se convierte en algo difícil, se presenta como una sensación de intranquilidad interior.
En los adultos con TDAH, el hiperquinetismo normalmente tiende a disminuir, su inquietud se manifiesta interiormente y por esto tienen un mejor autodominio.
En los niños hiperquinéticos, representa un gran inconveniente por sus características exageradas en comparación con otros niños contemporáneos en edad.
Algunos estudios indican también que los adultos con TDAH, tienden a no tener independencia económica debido a los obstáculos financieros que padecen debido a su inestabilidad laboral.
Los trastornos del TDAH cambian a lo largo de las diferentes etapas de la vida, por ello los estudios han cambiado para el diagnóstico en niños y adultos. Los profesionales que poseen estudios para la valoración y manejo de este trastorno, requieren del apoyo informativo y de las observaciones de terceras personas, que en el caso de los niños pueden ser sus padres, maestros y cuidadores; y en el caso de los adultos pueden ser sus compañeros de trabajo, universidad, etc.
Se trata de lograr un mayor alcance de diagnósticos tempranos y de concientizar que diariamente nacen miles de niños que cuando crezcan merecen ser competentes y desarrollarse positivamente en la sociedad.
Durante el desarrollo humano, la adultez tardía, también conocida como senectud, es una etapa que refleja un fenómeno que afecta a toda la población: el envejecimiento biológico.
La cronopsicología es una disciplina que estudia las relaciones entre el tiempo y la mente siendo esta misma fundamental para poder entender cómo la percepción del tiempo puede influir en nuestra cognición y conducta humana.
La vejez es considerada como una etapa en la cual el cuerpo físico comienza a desgastarse, pero también aquellos componentes no visibles como la cognición y todos sus procesos (memoria, retención, comprensión).