El amor romántico hay diversas formas de definirlo. Desde aquel tipo de amor donde hay intensidad emocional, con pasión e intimidad, pero no compromiso (teoría de Sternberg), hasta aquello que socialmente se espera que sientas respecto haber encontrado a la persona de tus sueños.
De forma general vendría caracterizado por la total entrega, la dulzura, las ganas de compartir la mayor parte de tus actividades y tiempo, la idealización y creencia de que te completa o complementa, la idea de salvación, de que todo se puede por amor, de que solo hay un amor verdadero y por encima del resto, etc. también por una especie de ceguera ante lo que podría no encajar. Esto acoge conductas como los mimos, regalos, promesas, celos, perdonar y justificar en nombre del amor, hacer cambios y sacrificios por la otra persona, etc.
Este tipo de amor nos sitúa en una posición de involuntariedad, donde esa flecha ha atravesado tu corazón y nada puedes hacer, mientras que no podemos bajar al amor a la categoría de ser solo un sentimiento, también es una decisión que conlleva un compromiso.
Esto conlleva unos cambios cerebrales, donde se activan centros que promueven la liberación de serotonina, dopamina, noradrenalina, cortisol y oxitocina, entre otras, y que nos llevan a sentir ilusión, nerviosismo, excitación, gratificación y placer en el encuentro con otra persona, así como la atracción y el deseo de buscarla. En función del proceso químico en curso, se diferencian diversas fases del enamoramiento, donde también median hormonas sexuales y feromonas.
Cabe mencionar que el AMOR e incluso el enamoramiento es mucho más de lo que se entiende por amor romántico, y no hay que confundirlo con la atracción sexual. Debemos tener en cuenta que ante distintas personas y vínculos podemos sentir estas reacciones, solo que les damos un significado u otro en función de sutilezas en la activación de estos centros que nos llevan a sentir de forma distinta, pero también de lo socialmente establecido.
El cortisol, aunque es la hormona del estrés, también puede estar presente en el amor ante situaciones de inseguridad y conflictos.
Así, se habla de ella en el enamoramiento, ya que es cuando sentimos más nervios. Teniendo en cuenta que el cortisol lo segregamos en situaciones que consideramos estresantes, podemos entender que estamos viviendo como un peligro estas primeras interacciones, me atrevería a decir que por el miedo a que nos juzguen y no agradar. Es decir, aunque se puede dar en el inicio de lo que puede convertirse en amor, no debemos confundirla como síntoma de este, ni siempre tiene por qué estar presente para hablar de amor. Además, una vez pasada esta fase, una relación en la que sentimos inseguridad o en la que estamos a la defensiva, se convertirá en una fuente de cortisol, que acabará despegándonos del amor y si es que se mantiene… será desde un apego por dependencia.
Bibliografía
Bell Hooks. Todo sobre el amor
Oxitocina y cortisol. https://psience.es/2022/10/12/oxitocina-y-cortisol/
Lucy Vincent. Neurobiologia del amor
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