Identificando red flags en un proceso terapéutico

En el contexto terapéutico las red flags son aquellas señales de alerta que pueden indicar problemas significativos en la relación. Es crucial estar atentos para determinar si estamos recibiendo la atención que necesitamos y si nos sentimos satisfechos y cómodos con el proceso en el que estamos, de lo contrario, es importante tomar acciones. 

Algunas de estas señales son: 

Falta de conexión o empatía

Estos son elementos fundamentales en una relación terapéutica efectiva. Si sientes y puedes notar que el terapeuta no muestra empatía por lo que le comentas, si no sientes una validación de tu experiencia o si te es difícil sentirte cómodo en el espacio, puede ser una señal de que no es el terapeuta adecuado para ti.

Realiza juicios o invalida las emociones y pensamientos

El espacio terapéutico es un espacio seguro donde puedes expresar libremente tus opiniones, sentimientos y pensamientos sin temor a que el terapeuta te juzgue. Si experimentas esto sería bueno consideras la idea de cambiar de terapeuta. 

Falta de claridad en los objetivos terapéuticos

Es importante que las dos partes tengan claridad y comprensión de los objetivos de la terapia. Si sientes que no estás seguro sobre que están trabajando o que intentan lograr a través de la terapia o si el terapeuta no te ha explicado el objetivo del tratamiento o como es el desarrollo, puede ser una señal de que la terapia no está progresando de una manera efectiva.

Puede ocurrir que el terapeuta muestre faltas de profesionalismo o que cometa algunas faltas que atenten contra los principios éticos de la terapia, por ejemplo:

• Compartir información confidencial sin tu consentimiento.
• Llegar tarde a las sesiones constantemente.
• Cruzar límites en la relación terapéutica.
• Estar pendiente del móvil o de otras cosas mientras le estás hablando.
• Negarse a compartir información sobre sus estudios o formación.
• Querer imponer sus creencias religiosas, políticas o filosóficas en la práctica. 
• Querer hablar de sí mismo la mayor parte de la sesión.
• Notar que no aplica técnicas centradas en la evidencia.
• Realizar comentarios despectivos o discriminatorios.

Si notas que algo de esto está ocurriendo es importante priorizar tu bienestar y reevaluar la situación para tomar la mejor decisión. 

Toma el tiempo necesario para evaluar cómo te sientes en el proceso, si te sientes seguro, apoyado. Si notas señales de alerta puedes hablar con el terapeuta al respecto, comparte tus inquietudes. El espacio terapéutico debe ser un lugar seguro. 

Adicional, una mala experiencia no significa que todos los profesionales sean iguales. Puedes buscar otro profesional con el que te sientas cómodo y que emplee prácticas profesionales que se ajusten a tus necesidades, tu bienestar es el más importante.