La queja es un hábito común en muchas personas y se vuelve parte de la vida diaria, no se disfruta nada de lo que se vive, de cada día, de cada situación, solo se ve lo negativo reconociendo lo malo. Por estar en constante queja se inicia una vida llena de amargura, de enojos, frustraciones, pesimismos, desánimos, generando pensamientos negativos para sí mismo, en este punto aparecen inseguridades, a partir de quejas como, que pereza que esté lloviendo, que pereza que haga sol, qué pereza el frío, el calor, para qué hago tal cosa si este clima no ayuda, para que pienso en hacer tal otra cosa si va a salir mal, para que o porque esforzarme para tener que ir a trabajar presencial, cuando llevo tanto tiempo trabajando desde casa y todo lo que debo hacer para moverme, eso fijo sale mal el trasporte, el clima me va a hacer daño, etc, son algunas de las quejas en personas que le tienen miedo a disfrutar lo vivido y salir de la zona de confort en la que se vive, pues el moverse de ella genera un esfuerzo mayor que no están dispuestos a hacer por miedo, así que, prefieren estar de queja en queja.
Por lo tanto, al tener una vida llena de quejas se inicia un estancamiento en la misma, a nivel emocional, laboral, personal, con metas, objetivos y situaciones, pues la queja lleva a alejarse o dejar de realizar determinadas acciones para poder avanzar, pues, a todo se le ve lo negativo antes de empezar a funcionar, es más fácil abandonar, alejarse y no esforzarse, siendo un tipo de autosaboteo, pues no se confía en las capacidades de adaptación, no se tiene un adecuado manejo de la frustración, por ello, necesitan buscar factores externos para no hacer las cosas, reafirmando pensamientos negativos de sí mismos.
Una persona que mantiene en queja constante indispone los ambientes en los que se desenvuelve y las personas con las que tiene relación, pues se evidencia una falta de adaptación a las situaciones, generando malestar en las personas llamando de alguna manera lo negativo y que cada situación se desarrolle con indecisión y miedo, es decir, la persona que mantiene en queja no solo se afecta a ella sino a su ambiente, su energía y miedo se lo contagia a los demás y todo lo que hace sale mal, también se puede ver un miedo a disfrutar y quizás perder el control de las situaciones, por ello, necesita estar alerta ante lo que vive, es decir, si no se está esperando lo peor, pues cuando llegue será sorprendido y no sabrá que hacer con ese malestar, en cambio, sí se está preparado para esa situación no lo tomara por sorpresa y así podrá reafirmas la imagen que tiene de sí mismo, y del medio en el que se desenvuelve.
Autora: Angélica Acosta
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