Autor:
Psonríe
En palabras simples, el miedo es la reacción que nos ocasiona un peligro inminente. Según términos psicológicos, el miedo es una de las seis emociones primarias, las otras cinco son asco, ira, alegría, tristeza y sorpresa.
El miedo se considera una emoción primaria y básica, se encuentra en todas las culturas. Sentir miedo ocasiona grandes cambios y consecuencia al organismo, es una emoción desagradable que nos causa malestar. Es una emoción considerada pasiva, pues este sentimiento nos trata de apartar de la situación que produce el miedo.
Al sentir miedo, nos llevará a también sentirnos indefensos. La diversidad de estímulos que nos ocasiona el miedo, pueden ser extensos y casi imposible enumerarlos, cualquier situación o determinada persona, nos puede generar sentir miedo.
Cuando nos invade el miedo, pensamos que tenemos una capacidad baja y limitada de predicción y control. Se considera que necesitamos enfrentarla de una forma inminente o evitarla, siempre buscamos escapar de los que nos produce miedo o temor.
El miedo está relacionado con emociones malas o negativas, puede tener relación con la infelicidad y situaciones que hay que evitar. Lo cierto es que, en todas las culturas que se hayan estudiado, el miedo ha estado presente como una emoción, podría ser que el miedo exista por algún motivo, tendrá alguna función que nos beneficie.
El miedo, por muy ilógico que parezca, nos ayuda a nuestra sobrevivencia, como un mecanismo de adaptación a nuestro entorno, que en ciertas ocasiones, nos da motivos verdaderos de temor. El miedo nos enfoca a ver la capacidad que tenemos para reaccionar de manera rápida ante momentos peligrosos, haciendo que nos alejemos cuando existe alguna amenaza. Lo que queremos decir con amenaza, es referente a nuestra autoestima, seguridad, autoconcepto o la vida.
El miedo es una emoción que actúa según nuestras creencias, patrones mentales y pensamientos. Por esto afirmamos, que el miedo en sí mismo puede ser positivo, como mencionamos, ayuda a mantenernos alejados ante sucesos a los cuales no estamos preparados.
En definitiva, el miedo nos ayuda a sobrevivir, nos da en ocasiones motivos para temer, siendo un mecanismo adaptativo en un entorno hostil. Las personas hemos desarrollado 3 reacciones ante una amenaza inminente o el miedo y estas son huir, quedarse quieto o atacar.
Huir o atacar: esta dependerá de la intensidad del riesgo o del peligro. Un ejemplo: no es igual enfrentarse en una pelea contra qué contra uno solo. Para enfrentarse a un peligro, así como para huir, el miedo produce ciertos procesos de adaptación en nuestro cerebro y cuerpo.
Quedarse quieto: alguna vez nos ha pasado que ante una situación de miedo el cuerpo se nos queda inmóvil, nos bloqueamos por unos instantes. Quedarse quieto tiene como propósito pasar desapercibidos o inadvertidos, esta es la utilidad de adaptación del miedo.
A pesar de las situaciones de peligro, el miedo es únicamente un mecanismo que nos previene para alguna acción que pudiese ser desfavorable, y esto es un hecho que nos beneficia, ya que nos hace actuar para sobrevivir. Tenemos una tendencia a quedarnos paralizados o inmóviles ante situaciones de peligro, con la finalidad de pasar inadvertidos, el miedo es fundamental y de mucha adaptación.
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