El síndrome del impostor está directamente relacionado con una autoestima muy baja. En este caso, la persona no tiene un concepto positivo de sí mismo, siente que no es capaz.
Las personas que padecen este tipo de síndrome, se sienten muy poco inteligentes, con mucho miedo, tienen muchas dudas negativas acerca de los resultados de sus acciones, dudan de sus capacidades y se asombran cuando consiguen buenos resultados llegando a pensar de dónde salió o como lo consiguieron. Su nivel de duda es tan elevado que pueden llegar a pensar que los demás están equivocados referente a su resultado positivo, tienen una desconexión total con sus capacidades. Este tipo de síndrome no se limita a la vida laboral de una persona, pues la gran mayoría comienzan a padecerlo desde la edad escolar.
El síndrome del impostor está directamente relacionado con una autoestima muy baja. En este caso, la persona no tiene un concepto positivo de sí mismo, siente que no es capaz. Esto puede tener origen en el seno familiar, ser un fracasado donde no fue valorado de manera correcta, donde no experimentó la consideración. También puede originarse en familias con lineamientos muy exigentes, en el cual nada es lo suficientemente bueno y por ello la persona desarrolla un miedo agudo a ser suficiente.
Estas personas pueden venir de entornos familiares donde no se les ha valorado lo suficiente y, por ende, la manera que han aprendido a relacionarse con ellos mismos es desde esta poca consideración. Por el lado contrario, también pueden venir de hogares altamente exigentes, donde la persona crece creyéndose insuficiente y como consecuencia desarrolla un miedo profundo a fracasar el cual intenta ocultar con frases como no soy capaz, no puedo o no soy inteligente.
En el ámbito laboral o académico suele presentarse y en la gran mayoría de los aspectos de la persona; es decir, en lo familiar, social, pareja, deportes. Todos los éxitos son rechazados, debido a que no concuerdan con la noción que poseen acerca de sí mismo.
Estas personas tienen pensamientos y sentimientos de que sus logros se deben a la suerte, un aumento de sueldo, un ascenso, un reconocimiento de sus superiores tiene origen en la suma de un número de casualidades que ni él mismo sabe de donde se originaron, tienes un constante sentimiento de que no se merecen nada en la vida, ni siquiera aquello que logras conseguir, que no tiene el valor que los demás creen que tienes y en repetidas ocasiones se sientes como un impostor.
Este tipo de pensamientos puede que no sean constantes, pero si se han presentado en algún momento de tu vida, por inseguridad, por la aparición de nuevas oportunidades, una promoción de trabajo, un nuevo empleo, pero este al final desaparece. O puede ser el caso de que estos pensamientos se presenten de manera continua y cotidiana
Pero también, puede ser que estos pensamientos estén siempre presentes en tu mente y con ello aparecer el miedo a que los demás puedan percatarse o descubrir que no eres tan bueno como ellos creen, que es inevitable que en cualquier instante quedará expuesta tu verdadera cara y todo se caerá al suelo. Todos estos pensamientos penosamente empeoran con el paso del tiempo y termina siendo una situación muy incapacitante para la persona.
Este síndrome también es conocido como síndrome del fraude. El síndrome del impostor fue mencionado por Pauline Clance y Suzanne Imes por primera vez en el año 1978, de acuerdo con una investigación realizada a una muestra de mujeres que tenían un gran número de logros en su vida. Aunque este tipo de síndrome afecta a hombres y mujeres por igual.
Entre las situaciones que experimenta una persona que pueden indicar que usted padece síndrome del impostor se encuentran:
- Al comenzar en un empleo nuevo, pensar que no será capaz de desempeñar el cargo o las responsabilidades del cargo, Pensar que pasar la entrevista fue un golpe de suerte, no sentirse con las capacidades necesarias que ellos creen que tienes.
- No saber acertadamente como culminó sus estudios, pensar que aprobar los exámenes solo era un golpe de suerte.
- Contemplar constantemente la manera de trabajar de los compañeros en el trabajo, con el pensamiento de que ellos son muy buenos y mejores y llegando a tener en mente que en cualquier momento puede ser despedido.
- Se queda sin palabras cuando le piden que piense tres características positivas acerca de sí mismo.
- Cuando tienen un reconocimiento acerca de mi actuación referente a un trabajo, no tienen la capacidad de reconocer sus méritos y piensa que fue casualidad que todo saliera bien.
- Le incomoda enormemente, si alguien persiste en valorar su desempeño y tiende a creer que es una mentira o invento.
- El síndrome del impostor puede ser confrontado teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
- Plantearse cuáles son las creencias que se tienen referente al fracaso, cuál es su significado, a partir de este análisis se hace más simple comprender por qué tenemos la capacidad de tolerarlo o no. Es decir, es muy diferente ver y entender los errores cometidos como un avance en la travesía, que entenderlos como definitivos, terminantes y destructivos.
- Analizar nuestra relación con nosotros mismos, si nos consideramos personas valiosas, si nos queremos, si sentimos aprecio hacia nosotros mismos. Esto es de vital importancia, pues es muy difícil darle valor a nuestros logros si no nos valoramos como persona.
- Examinar nuestro lenguaje interno, que es la manera en que hablamos a nuestro yo, a nosotros mismos. Muchas personas suelen ser muy compasivas con las otras personas, pero por otro lado ser muy críticos consigo mismos. Revisa tu comportamiento hacia ti cuando las cosas no salen como tú esperabas.
- Analiza la manera como es tu entorno, te sientes valorada, la manera en que las demás personas nos tratan es un aspecto fundamental en la relación que establecemos con nosotros mismos. En casos donde tus logros no fueron valorados o los menospreciaron, puede ocurrir que tú hayas aprendido hacer lo mismo.
- Revisa cuál es tu nivel de autocrítica, vivir pensando que nunca eres suficiente es la base para la aparición del síndrome del impostor. La situación puede ser muy virtuosa, pero una vez alcanzada la sensación grata desaparece y nos ponemos una meta nueva.
Queremos ayudarte a mejorar tu autoestima. Si nos aportas más información sobre tu situación podremos entender mejor
qué la provoca: